Election: la noche de las bestias es la tercera película de la, de momento, trilogía de La Purga dirigida por James de Monaco.
La saga nos sitúa en un cercano y distópico futuro en el que, tras una gran crisis económica, surge un grupo denominado Nuevos Padres Fundadores en clara referencia a los originales Padres Fundadores que lideraron la independencia de las trece colonias de Gran Bretaña y la posterior fundación de los Estados Unidos de América.
Una de las medidas que este grupo propone para regenerar la economía es la organización de una purga anual en la que todos los delitos estarán permitidos, incluido los asesinatos que es en el que más se centra la saga.
Solo existen dos reglas: los funcionarios de clase 10 o superior quedan protegidos (que listos) y las armas de destrucción masivas están prohibidas.
Viendo la actualidad de Estados Unidos y a personajes como Donald Trump con opciones de alcanzar la Casa Blanca puede que se vuelva a hacer buena la expresión "la realidad supera a la ficción".
Este argumento se inspira en algunos hechos e ideologías que han existido a lo largo de la Historia pero en plan muy bestia.
Por ejemplo, en el malthusianismo cuyo ideólogo fue el clérigo inglés Thomas Malthus que ya alertaba del crecimiento poblacional como un peligro para la economía y, entre las muchas medidas para aliviar dicho crecimiento, entre otras veía con buenos ojos las guerras e incluso valoraba las epidemias como un elemento corregidor.
También podemos ver similitudes con la antigua costumbre persa, a la que hacía referencia el Manifiesto de los persas que preparaba el terreno al rey Fernando VII, por la cual se dejaba cinco días de anarquía a la muerte de un monarca para que el pueblo comprobase la necesidad de esta institución.
Por lo tanto, tendríamos un fundamento económico: la eliminación de las clases bajas (más expuestas a una noche así por no poder costearse su propia seguridad) y, por lo tanto, el ahorro en políticas sociales; junto a las ventas que traería de armamento y el disparo en los precios de las aseguradoras.
También el fundamento ideológico de la necesidad de un gobierno fuerte que frene los delitos el resto del año.
Estamos ante una saga que invita a la reflexión sobre la condición humana. Nos pone frente a nosotros un festival carnavalesco de sangre en el que cualquier persona parece una psicópata potencial.
Asimismo, se tratan como esas "pequeñas cosas" del día a día, las rencillas, desembocan en un sentimiento de envidia y odio que puede acabar en un asesinato "legal".
Esto tampoco es nuevo en la Historia. En las sociedades del Antiguo Régimen existía una institución llamada Inquisición que promovía las denuncias anónimas con lo que muchos vecinos podían dar rienda suelta contra el que les hacía la competencia, les robaba cuota de mercado o, simplemente, les miraba mal.
En esta entrega, tenemos un argumento mucho más politizado que en las anteriores por el cual una senadora y candidata a la presidencia de Estados Unidos, interpretada por Lena Headey, hace campaña por la abolición de la Purga. En la noche de la Purga se verá abocada a una carrera por la supervivencia junto a su jefe de seguridad, tras haber planificado el lobby armamentístico junto al partido de los Nuevos Padres Fundadores y su propio rival en las urnas, su asesinato. Para ello, han deshabilitado la protección especial para altos dirigentes que mencionaba con anterioridad.
De la película podemos destacar su gran teatralidad con un vestuario muy elaborado, unos efectos de sonido que atenazan al espectador y lo meten en esa atmósfera.
Eso no evita que la película caiga en una serie de clichés muy habituales en los thrillers. Los personajes se mueven en el maniqueísmo (buenos muy buenos y malos muy malos) y esos "malos de la película" tienden a dilatar las cosas en exceso (y ahí lo dejo porque no quiero spoilear más de la cuenta).
También me deja muchas dudas sobre la presunta "viabilidad" económica de esta medida. ¿Compensa el ahorro en prestaciones sociales con los enormes costes de reconstruir el país? ¿Qué pasa con el patrimonio histórico-cultural? ¿No está protegido? Por supuesto, hay que entender que es una obra de ficción con lo que ello conlleva.
Aun así, la película funciona muy bien y consigue mantener al espectador en tensión con esa sensación amarga e inquietante por imaginarse esta distopía en la realidad y si el extremo individualismo y la competitividad que asola nuestra sociedad pudiera desembocar en todo esto.
Valoración: 4/5