El pasado domingo pudimos ver en Salvados al que fuera líder de la izquierda abertzale y militante de ETA, Arnaldo Otegui, que ha salido hace escasas fechas de prisión por enaltecimiento del terrorismo y por intentar reconstruir a la ilegalizada Batasuna.
La entrevista del pasado domingo es la segunda que concede tras hablar con el New York Times.
Las distintas presiones que ha recibido el periodista Jordi Évole para la no emisión de la entrevista han sido públicas y notorias y van desde los insultos hasta las amenazas de muerte. La mayoría, se vertieron antes siquiera de que el programa fuera emitido.
Esto nos da muestras de la falta de salud democrática en sectores amplios de la población que buscan censurar una entrevista que, creo, era de interés general para muchos españoles y de un claro interés periodístico al margen del rechazo social que pueda causar el personaje.
Afortunadamente, la dirección del programa y el canal no cedieron a los chantajes y decidieron seguir adelante con la emisión.
El que haya visto el programa, ha podido darse cuenta que se ha tenido muy en cuenta a las víctimas del terrorismo. De hecho, el mismo entrevistado se quejaba de la omnipresencia de ETA en toda la entrevista.
A nivel general, resulta descorazonador ver como le cuesta tanto cambiar el discurso a Arnaldo Otegui y condenar el sinsentido del terrorismo etarra. Tras más de seis años en prisión y después de que la banda anunciara el final de su actividad armada, se podía esperar que, con la perspectiva del tiempo y del contexto actual, un discurso más fuerte de condena al terrorismo etarra que generó cerca de mil muertos en nuestro país.
Quizás los mejores momentos fueron las intervenciones de las hijas de Fernando Buesa y José Luis López de Lacalle a las que tuvo que responder el lider abertzale. "Claro que algo se conmovió con cada asesinato, con cada víctima en un lado y en el otro" comentaba Otegui ante el desgarrador testimonio de Sara Buesa que recordaba como Otegui le regaló un mechero a su padre fechas previas a su asesinato.
El programa hizo un recorrido por los atentados más impactantes de la historia reciente de la banda.
De esta forma, se habló tanto del atentado de Hipercor, como el de la Casa Cuartel de Zaragoza o el secuestro y asesinato a sangre fría del concejal de Ermua Miguel Ángel Blanco.
Évole consiguió sacarle algunas pequeñas confesiones a Otegui como el hecho de que intentó mover hilos para evitar el asesinato del concejal aunque, por supuesto, todo esto sonaba a auto-justificación con la boca pequeña porque, en su día, no fueron capaces de condenar estos actos y, aun hoy, se resisten a ello.
Las otras declaraciones polémicas de Otegui se refieren al hecho de que parte del Estado "está deseando que ETA vuelva". Esto puede sonar tremendamente fuerte pero la realidad de la política actual me hace pensar que algo de cierto hay en estas declaraciones.
No tenemos más que comprobar como ETA sigue muy presente en el discurso político a pesar de que ya no sea uno de los problemas que más preocupa a los españoles según el CIS, ocupando una posición muy marginal respecto a las épocas en las que se sucedían los atentados. Sobre todo, el Partido Popular y algunos medios de derechas han intentado sistemáticamente asociar a los nuevos movimientos sociales y partidos políticos (como Podemos, el 15M o la PAH) con la banda terrorista.
Asimismo, tenemos el hecho de que el gobierno no haya acercado a los presos de ETA a las cárceles vascas como, en su día, hizo el Presidente Aznar (recientemente multado por Hacienda) buscando un gesto de buena voluntad en el marco de un proceso de paz.
Tampoco tenemos constancia de que el ejecutivo haya iniciado conversaciones con la banda terrorista para proceder a la entrega del armamento.
Todo esto me lleva a afirmar que tenemos un proceso de paz paralizado y una utilización instrumental del terrorismo y de las víctimas para ganar votos, algo repugnable desde cualquier punto de vista y que nos muestra la falta de escrúpulos y el maquiavelismo de algunos dirigentes políticos que no han estado a la altura de lo que su contexto les ha reclamado.
Aun así, el líder abertzale aseguró que el proceso de paz es "irreversible" y que ETA no volverá a atentar.
Asimismo, tenemos el hecho de que el gobierno no haya acercado a los presos de ETA a las cárceles vascas como, en su día, hizo el Presidente Aznar (recientemente multado por Hacienda) buscando un gesto de buena voluntad en el marco de un proceso de paz.
Tampoco tenemos constancia de que el ejecutivo haya iniciado conversaciones con la banda terrorista para proceder a la entrega del armamento.
Todo esto me lleva a afirmar que tenemos un proceso de paz paralizado y una utilización instrumental del terrorismo y de las víctimas para ganar votos, algo repugnable desde cualquier punto de vista y que nos muestra la falta de escrúpulos y el maquiavelismo de algunos dirigentes políticos que no han estado a la altura de lo que su contexto les ha reclamado.
Aun así, el líder abertzale aseguró que el proceso de paz es "irreversible" y que ETA no volverá a atentar.
Una entrevista que, una vez vista y analizada, podemos concluir que no ha servido (ni mucho menos) para lavar la imagen de Otegui ni de Batasuna y que ha tenido omnipresentemente a las víctimas, tanto por su intervención en el programa como por los recuerdos de Évole a víctimas como guardias civiles de las que el entrevistado en alardes de amnesia selectiva "olvidaba".
Era necesario abordar la cuestión de ETA desde esta perspectiva tras el anuncio hace unos cinco años del cese definitivo de la actividad armada.
Creo que tenemos que dejar de considerar tabú algunos temas y abordar su análisis sin caer en sesgos fáciles ni en extremismos que, intencionalmente, buscan mover masas en pos de buscar un voto fácil sin pararse a pensar en la división y el odio que están creando.
Évole dejó retratados todas las lagunas y flojeras del discurso de Otegui y lo hizo con razonamientos y con la ayuda de las víctimas que pusieron de manifiesto que, en términos políticos, no se ha movido tanto como debería el dirigente batasuno y sigue siendo prisionero de su pasado.
También dejó retratados a todos aquellos que lo acusaban de intentar lavar la imagen de Arnaldo Otegui. No creo que, precisamente, la entrevista del pasado domingo le dé muchos votos a Otegui ni a Bildu.
Tenemos la obligación de entender a las víctimas y de comprender su dolor por encima de todo y que ello no nuble nuestro juicio a la hora de buscar una solución definitiva a todo este sinsentido del terrorismo y que las generaciones futuras no tengan que vivir las noticias diarias de atentados terroristas.
Para más información, aquí os dejo los especiales de ETA
Era necesario abordar la cuestión de ETA desde esta perspectiva tras el anuncio hace unos cinco años del cese definitivo de la actividad armada.
Creo que tenemos que dejar de considerar tabú algunos temas y abordar su análisis sin caer en sesgos fáciles ni en extremismos que, intencionalmente, buscan mover masas en pos de buscar un voto fácil sin pararse a pensar en la división y el odio que están creando.
Évole dejó retratados todas las lagunas y flojeras del discurso de Otegui y lo hizo con razonamientos y con la ayuda de las víctimas que pusieron de manifiesto que, en términos políticos, no se ha movido tanto como debería el dirigente batasuno y sigue siendo prisionero de su pasado.
También dejó retratados a todos aquellos que lo acusaban de intentar lavar la imagen de Arnaldo Otegui. No creo que, precisamente, la entrevista del pasado domingo le dé muchos votos a Otegui ni a Bildu.
Tenemos la obligación de entender a las víctimas y de comprender su dolor por encima de todo y que ello no nuble nuestro juicio a la hora de buscar una solución definitiva a todo este sinsentido del terrorismo y que las generaciones futuras no tengan que vivir las noticias diarias de atentados terroristas.
Para más información, aquí os dejo los especiales de ETA
- ETA: pasado, presente y ¿futuro? (1)
- ETA: pasado, presente y ¿futuro? (2)
- ETA: pasado, presente y ¿futuro? (3)
Podéis ver la entrevista íntegra de Évole a Otegui en este enlace.
Hermua no existe, es Ermua.
ResponderEliminarDe todas formas, hay algo que me parece curioso, y es que muy pocos parecen haber entendido el porqué hoy sigue sin condenar esos atentados y que el mismo Otegi lo explica muy bien, sería dar munición a esa parte de la Izquierda Abertzale contraria a seguir con el proceso y que interpretaría ese gesto como una bajada de pantalones. Se puede estar de acuerdo o no con ese planteamiento, pero te aseguro que muchos lo verían así, y que aunque suene torticero (y lo es), condenar los atentados de ETA por parte de los que vienen de ese mundo, no ayudaría en nada de cara a consolidar el proceso dentro de la propia izquierda abertzale. Lo demás que comentas en tu crítica, bastante de acuerdo. Un saludo.
Uyy, que caga**. Gracias por tu aportación, ya está corregido. Gracias por tu aportación.
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