miércoles, 6 de diciembre de 2017

FELIZ DÍA DE LA CONSTITUCIÓN





Hoy es el día de la Constitución Española.
Por encima de banderas y sentimientos nacionalistas creo importante resaltar los artículos de la Constitución que no se cumplen y que, sin duda, contribuirían enormemente a la superación de problemas sociales actuales.
Derechos sociales, una economía basada en la progresividad fiscal, sanidad, cultura, educación, protección al medio ambiente, derecho a la vivienda, economía al servicio de tod@s, participación ciudadana...

Resulta descorazonador que la percepción de la ciudadanía de los bloques constitucionalistas sea la de aquellos que más la incumplen en el día a día. Lamentablemente, solo se pretende cumplir aquellos artículos que hagan hincapié en sus intereses ideológicos y no en la totalidad de la Carta Magna.

Son casi 40 años de Constitución y empieza a urgir una reforma que nos dote de un nuevo marco de convivencia en el que muchas personas desencantadas con el sistema actual encuentren un sistema en el que poderse sentir a gusto.
Nos guste más o menos, hay mucha gente que hoy no se encuentra representado por este texto y tenemos muchos artículos obsoletos que, por supuesto y mientras estén ahí, hay que cumplirlos pero procedería plantear la necesarias reformas.

Aun así, creo que el principal problema de la Constitución no es su obsolescencia sino su incumplimiento sistemático. Eso es lo que se está destruyendo realmente el marco de unidad.

Hoy, por tanto, deberíamos reivindicar que se cumpla la integridad de la Constitución y no solo los artículos que más interesan a la oligarquía dominante, esa a la que hoy veréis envuelta en banderas mientras niegan los servicios más básicos.

Por una Constitución para tod@s. 


Os dejo con un interesante artículo de 2013 que hoy, lamentablemente, sigue de actualidad.
23 artículos de la Constitución que no se cumplen

domingo, 29 de octubre de 2017

CHOQUE DE TRENES

Lamentablemente la falta de tiempo no me ha permitido escribir ninguna entrada desde hace un mes con todo lo que ha ocurrido y la de jornadas históricas que hemos vivido en todo este tiempo en Cataluña. 

Para situarnos en los orígenes del independentismo del siglo XXI en Cataluña procedo a enlazar algunos artículos anteriores que podéis consultar pinchando aquí.

Empezaré hablando de la consulta del 1-O. Se trató de un referéndum unilateral, ilegal y sin garantías como lo demuestran las imágenes de gente votando varias veces o urnas en las calles sin ningún tipo de control. 
El Estado podía haber optado por permitir la consulta sin entrar a reprimir. Hubiera sido la decisión adecuada y, de cara a la opinión internacional, la votación hubiera quedado desprestigiada ante la evidente falta de censo y lo mencionado anteriormente. 
En lugar de esto, se optó por la represión y ahí es donde ganó el independentismo ya que consiguieron las fotos de la policía del Estado apaleando a ciudadanos y, por si fuera poco, se ganaron simpatías internacionales.  Además, el estado se vio humillado ya que no pudo impedir la votación en la inmensa mayoría de lugares. 
La decisión tomada fue tan torpe que parece claro que fue a propósito. El gobierno de Rajoy quiso contentar a sus ultras (Ciudadanos incluido) con una finalidad claramente electoral pero sin pensar en resolver el problema que tenía entre manos.

A partir de ahí, al Govern de la Generalitat se le fue de las manos la situación. El movimiento independentista trasciende lo institucional y ha llegado a las calles para quedarse. Movilizar más de dos millones de personas es algo casi sin precedentes en nuestro país. Quizás lo más parecido sea el movimiento 15M. 
Tras el referéndum se celebró una huelga general (3-octubre) y se inició la vía hacia la independencia. La batalla institucional ha sido una auténtica partida de ajedrez en la que se han sacrificado peones (detención de los jordis) y cuyo resultado final es incierto aunque electoralmente ya sabemos que tanto la derecha nacionalista española como el independentismo catalán salen reforzados debido a su tradicional retro-alimentación. 

El 10 de octubre el President Puigdemont, acorralado por los acontecimientos, promulgó una declaración de independencia que dejó en suspenso en el mismo acto. Una especie de malabarismo para intentar contentar a todos pero no contentó a nadie. Todo esto tras una multitudinaria manifestación por la unidad como no se había visto nunca en Cataluña.
Es obvio que no hubo independencia el 10 de octubre; solo hay que ver las caras de la gente, la falta de celebraciones y el desinterés internacional en pronunciarse al respecto. 

Tras el requerimiento del gobierno, finalmente Puigdemont terminó por reconocer "de aquella manera" que no había habido DUI en el último párrafo de la segunda carta al Gobierno central. 
"Finalmente, si el Gobierno del Estado persiste en impedir el diálogo y continuar la represión, el Parlament de Cataluña podrá proceder, si lo estima oportuno, a votar la declaración formal de la independencia que no votó el día 10 de octubre."
En este amenazador párrafo se aprecia claramente que no se declaró la independencia. 

Sin embargo, el Gobierno del Estado nunca tuvo voluntad de diálogo; ni en los años anteriores ni en las situaciones límite de las últimas semanas y se iniciaron los trámites para aplicar el artículo 155 de la Constitución que deja sin efectos la autonomía de Cataluña. Se trata de una decisión extrema más si tenemos en cuenta que estamos hablando de una nacionalidad histórica y singular en nuestro país.
Estábamos en una situación límite y encallada pero, contra todo pronóstico, Puigdemont ofreció al PP una convocatoria de elecciones a cambio de paralizar el 155. El Gobierno de Rajoy declinó la oferta dejando la sensación de que su objetivo era humillar al independentismo aunque eso podría significar irnos a una situación todavía más extrema. 
Y llegamos al presente, el 155 es una realidad, el Govern ha sido destituido como lo ha sido el jefe de los Mossos y los ministros de Rajoy se encargan del gobierno de Cataluña; la independencia ha sido declarada en lo que es un auténtico brindis al sol ya que ningún país o entidad la reconoce y el gobierno ha perdido el poder.

No parece muy democrático declarar una independencia con el 48% de los votos, con un referéndum sin garantías e ilegal y con un parlamento semi-vacío. Si los independentistas querían llevar el discurso a una defensa de la democracia, han demostrado una actitud pobremente democrática. Simboliza la unilateralidad que ha caracterizado ea el 'procés'Resultado de imagen de declaracion de independencia parlament

Mi pronóstico es que ya han chocado los vagones frontalmente y serán los ciudadanos los que saldrán perdiendo finalmente. 
El gobierno ha convocado elecciones para el 21 de diciembre. Posiblemente los partidos independentistas decidan boicotearlas; la CUP casi seguro que lo hace. 
Más de 2 millones de catalanes podrían quedar sin representación y esto recrudecería el conflicto en las calles. Dirigentes políticos como Puigdemont o Junqueras serían detenidos y convertidos en mártires políticos, sobre todo a la hora de construir un discurso internacional. 
Lo más peligroso puede ser la existencia de una administración paralela que no reconozca el gobierno elegido en las urnas y legisle al mismo tiempo que el Parlament. Finalmente, todo esto puede desembocar en situaciones extremas de violencia que no se han vivido hasta ahora. 
Este puede ser uno de los escenarios pero hay más. Quizás los partidos independentistas vuelvan a presentarse, vuelvan a ganar y vuelvan a proclamar la DUI entrando en un círculo de acontecimientos que puede no tener fin. 

Lo que es un hecho es la fractura social generada, no ya en Cataluña sino en el resto de España. Las posturas se han radicalizado y convertido en un "estas conmigo o contra mí". El llamamiento al diálogo ha quedado eclipsado ante las banderas de uno y otro lado. Este conflicto simboliza lo que es la sociedad de la posverdad en la que los sentimientos priman sobre la razón ante los continuos flujos de (des)información que engullimos constantemente sin pararnos a pensar en su veracidad; por eso es importante entrar a debatir con argumentos. 
Y en esas aparecen viejos fantasmas que creíamos superados pero nunca lo estuvieron sino que se encontraban en estado latente. Me refiero, por ejemplo, a la presencia del movimiento fascista en las movilizaciones y de como en un contexto de radicalismo se relativiza este gran problema nunca superado. Nunca se fueron, solo estaban hibernando y todos los demócratas verdaderos (de izquierda, centro o derecha) deberían condenar y distanciarse de estos grupos y partidos políticos verdaderamente anti-constitucionales. 

El Estado Español hasta ahora no ha puesto la política como solución sino que se ha dedicado a esgrimir la ley. No ha generado un discurso que sedujera a la sociedad catalana como si hizo David Cameron en Escocia sino que ha optado por la porra. Así será complicado construir un país en el que quepamos todos. Por parte del gobierno catalán, han declarado una independencia sin ninguna legitimidad; ni es legal ni cuentan con una mayoría suficiente para argumentar que se trata de una decisión democrática.
Ambas partes han cruzado el Rubicón y no parece ya fácil la marcha atrás. 
Espero que el sentido común se imponga y no lleguemos a situaciones extremas que no quiero ni mencionar aquí. 

jueves, 21 de septiembre de 2017

DIVERSIÓN CON BANDERAS


Las banderas están de paso. No siempre existieron y fueron cambiando a lo largo del tiempo. Hoy parece que solo sirven de arma arrojadiza, para pelearse, generar conflictos o para discutir por quién la tiene más grande (se mide al patriota por el número de pulseritas rojigualdas que lleva, lo de pagar impuestos "ya tal").
Los nacionalismos pudieron ser algo revolucionario en su día y marcaron diferencias en la ruptura con el Antiguo Régimen (por ejemplo) pero hoy son ideologías reaccionarias y que dividen personas que deberían estar luchando por las mismas posiciones ideológicas en base a sus intereses. 

Entiendo que hay que encauzar todo ese odio a otras posiciones: difusión de una cultura, conocimiento de una lengua, protección del patrimonio histórico-cultural... Pero no a generar exclusión y posturas irreconciliables entre sí.
Es positivo que un pueblo conozca y defienda su cultura, lo que no es positivo es que se emplee para generar barreras, para atrincherarse en posturas pretéritas que van contra la idea de progreso o para marginar al contrario y humillarle. 
Ahí dejo esta pequeña reflexión en estos tiempos tan aciagos en los que la post-verdad se abre camino de forma imparable y en el que la sensatez parece haber huido para no volver.
La materia no desaparece solo se transforma.

viernes, 18 de agosto de 2017

TERRORISMO Y XENOFOBIA


Resulta muy triste ver como algunas personas aprovechan los atentados de ayer para publicar "fakes" y mensajes que esconden contenidos xenófobos y tendentes a la generalización.
Quiero pensar que se debe a la ignorancia y no a una maldad inserta en el interior de estas personas.
Unamuno dijo: "el fascismo se cura leyendo y el racismo se cura viajando".
Por lo menos voy a dejar una pequeña lectura en la que pretendo ilustrar nada más y nada menos que el terrorismo es una lacra que sufrimos todos: católicos, protestantes, musulmanes, ateos, agnósticos, judíos y un largo etcétera.
Quizás no tengan la misma repercusión mediática que cuando ocurre en Occidente, pero eso no resta ni un ápice de sufrimiento a esas víctimas del terrorismo tengan la procedencia que tengan.
En especial, han sido los países de credo musulmán los que más han padecido todo esto y, sin entrar a analizar el por qué del terrorismo yihadista, de cómo se han financiado históricamente y de las distintas responsabilidades de cada país, espero que todos reflexionemos un poco antes de acudir a lo más fácil que es caer en actitudes xenófobas que avergüezan en pleno siglo XXI por muy indignados que estemos por lo ocurrido.

Artículo referido: http://www.eldiario.es/internacional/atentados-organizaciones-islamistas-mayoria-musulmana_0_497301265.html

domingo, 21 de mayo de 2017

PRIMARIAS DEL PSOE: PERDIÓ RAJOY

Tras varios meses de pre-campaña y tras una "boda roja" en formato de Comité Federal que terminó con la Secretaría General de Pedro Sánchez, ya tenemos nuevo Secretario General en el PSOE y, la verdad, es que se podrían haber ahorrado todos estos meses porque nos hemos quedado igual. 

Pedro Sánchez vuelve al puesto que le arrebataron tras una campaña en la que se presentó, de forma muy inteligente, como el candidato de la militancia, adalid de la democracia interna y del no al PP y, no menos importante, como el candidato que echó un pulso a los barones del partido claramente en una situación de divorcio con la militancia. 

Todo lo contrario ocurría con la candidata Susana Díaz. 
Siempre contó con el apoyo de los viejos (y nuevos) cargos. Contó con Felipe González, muy mal envejecido políticamente y con un discurso muy cercano a la derecha del país; con Zapatero y con la mayoría de los dirigentes autonómicos. 
El problema de Susana Díaz es que no votaban los barones sino los militantes. El voto de Felipe González valía lo mismo que el voto de Pepe García de Pozuelo de Alarcón. 
Susana empezó a perder la batalla el día del Comité Federal en el que organizó la abstención a Rajoy. 

Y el tercero en discordia no pudo cumplir con el cometido encargado. La función de Patxi no era otra que restar votos a Pedro Sánchez, especialmente allí donde Susana no iba a rascar nada: en las comunidades con nacionalismos (especialmente País Vasco donde ha ganado), entre los votantes jóvenes y entre las izquierdas desencantadas con el establishment del partido.

Y el otro derrotado es Rajoy que estaba viviendo una apacible legislatura con la oposición de la gestora y veía en Susana Díaz un freno a posibles pactos con fuerzas a la izquierda (especialmente Podemos). Esto ahora está en cuestión pero con muchos matices. 
Matices como la moción de censura planteada por Podemos y que puede servir para empezar desgastando a Sánchez. Si lo primero que hace Sánchez es defender un voto en contra de una moción de censura a Mariano Rajoy ¿cómo podría justificar ahora un voto en contra?
No podemos olvidar que hoy se presenta como el candidato de la izquierda cuando ayer estaba pactando con Ciudadanos. 

Podemos debía estar dividido con el resultado de la votación de hoy. Por una parte la subida al poder de Pedro Sánchez le da más posibilidades de pactar con el PSOE para desalojar al Partido Popular del poder. Por otra parte, con Susana Díaz hubiera sido más sencillo un sorpasso al PSOE toda vez que es una candidata muy poco identificada con las izquierdas del país.
Lo que está claro es que a medio plazo y, siendo realistas, tras multitud de casos de corrupción que no han pasado factura al PP y con el voto de la izquierda muy dividido, la única posibilidad pasa por entenderse en base a unas políticas que den respuestas a los problemas de los ciudadanos de nuestro país en lugar de continuar con guerras políticas post-electorales que solo beneficia a la derecha rancia y corrupta del país. 

Esperemos que el entendimiento sea la clave para expulsar a un partido con una corrupción sistémica y que tanto sufrimiento ha generado en nuestro país amparando desahucios, cortes de luz, recortes salvajes en educación y sanidad y también recortes en cuestiones como las libertades que defiende nuestra constitución. 
El PP es un partido anti-sistema que incumple numerosos artículos de nuestra constitución y que se financia ilegalmente. Una organización mafiosa contra la que se debe luchar incluso por encima de propias ideas de izquierdas o derechas. 

lunes, 3 de abril de 2017

HABLEMOS CLARO, HABLEMOS DE NACIONALIZACIONES

En los últimos años se han instalado en la sociedad términos que hasta hace poco no nos eran tan familiares. Mucha gente conoce y maneja expresiones como pobreza energética, oligopolio, cartel, trust, holding y otros términos que se están instalando en el día a día de todos. 

La cotidianidad en informaciones relacionadas con oligopolios y monopolios de sectores estratégicos tienden a reflejar el fracaso del ideal neo-liberal en la economía. 
Y es que uno de los principios liberales en la economía es que la libre competencia propicia el afloramiento de varias empresas que, a su vez, se resuelve con un amplío abanico de ofertas siendo el beneficiado final el usuario de estos mercados. 

Nada más lejos de la realidad. La liberalización de sectores estratégicos en nuestro país como el eléctrico a finales del siglo pasado han dado como resultado el encarecimiento constante en los últimos años del precio de la luz.

Con sus altibajos en estos últimos años, el precio de la electricidad en nuestro país siempre se ha mantenido por encima de la media Europea y en torno al podio de los más altos. 

Sectores como el energético o el ciclo integral del agua han sido privatizados por gobiernos y ayuntamientos generando sectores monopolísticos u oligopolísticos (en el mejor de los casos) y dejando a los ciudadanos en manos de unas pocas empresas. 

Volviendo al sector energético. Fue el gobierno de José María Aznar el que en 1997 promulgó la Ley 54/1997 de 27 de noviembre del Sector Eléctrico. 
Hasta entonces, era el propio Gobierno el encargado de fijar los precios y se mantenía una empresa como Endesa que inició su privatización con Felipe González a finales de los 80 junto con otras empresas públicas como Telefónica o Repsol. Aznar culminó el camino deshaciéndose de las acciones estatales en la eléctrica. 

En unos casos por necesidad del momento y en otros por fundamentos ideológicos se llevaron a cabo estas privatizaciones. El Estado recaudó grandes cantidades monetarias pero supusieron un pan para hoy y hambre para mañana ya que dejaba de controlar unos ingresos y un mercado estratégico indispensable para los ciudadanos. 

En el sector tenemos que asumir los costes por energía propiamente dichos y los costes adicionales. Intervienen una serie de agentes a los que hay que satisfacer: productores, distribuidoras, comercializadoras y transportistas.
El caso es que gran parte de la factura viene por los costes adicionales que el consumidor no maneja tales como el déficit de tarifa que hace referencia a la diferencia entre el coste de producir la energía y el precio que pagan los consumidores. El déficit de tarifa, entre otros factores, está marcado por la decisión política del ministro de industria del Gobierno de Aznar, Josep Piqué de aprobar unas tarifas que no cubrían (supuestamente) los costes. Esta situación se ha ido arrastrando hasta superar los 30.000 millones de euros que los españoles debemos pagar a las eléctricas. 

El problema de fondo son las decisiones políticas. Al ser un sector estrátegico y oligopolístico en el que 3 empresas: Iberdrola, Endesa y Gas Natural (las dos últimas fueron empresas públicas) controlan el 89% del mercado de luz y gas
Se ha venido conformando un cartel en el que unas pocas empresas controlan un sector evitando la competencia mutua y acordando los precios. 
No ocurre solo en este sector; podríamos hablar de los 3 grandes grupos audiovisuales que controlan casi la totalidad de grupos de la TDT, la prensa escrita, el sector de los carburantes y el monopolio del agua entre muchos otros. 
Se trata de empresas que han adquirido un tremendo poder actuando como lobbies marcando la legislación y enchufando a políticos y familiares de éstos en sus consejos de administración como premio a sus políticas o para obtener sus influencias. 
Este es el verdadero poder político y aquí se esconden nuestros verdaderos gobernantes. 


Imagen relacionada


No parece lógico esperar que estos monstruos se "comporten". En estos años de crisis hemos asistido a numerosos cortes de luz a familias que no podían acometer el pago en pleno invierno. Reciente es el caso de la anciana muerta por el incendio causado por una vela en Tarragona. 


Felipe González en el Consejo de Gas Natural.
Es cierto, que los ayuntamientos y el Estado han parcheado la situación promoviendo medidas sociales pero el problema de fondo sigue ahí. Solo tenemos que buscar los resultados anuales de las eléctricas y podemos comprobar cómo se está empleando un sector estratégico y del que dependemos la mayoría de ciudadanos para que unos pocos se enriquezcan. Y todo ello con el apoyo o connivencia de los principales partidos políticos de este país. 

Por eso creo que teneos que hablar claro, hay que plantear un programa de nacionalizaciones en el sector eléctrico y en otros sectores superando la ambigüedad de algunos partidos nuevos. Hay que ser valiente  planteando esta medida para abrir un debate en las instituciones y en la propia sociedad. 
Nacionalizar un sector (o parte de él) como el de la energía no es de comunistas. Ya hemos visto que Endesa hasta hace no tanto tiempo era estatal y nadie pensaba que viviéramos en un sistema comunista. El artículo 128 de la Constitución ampara esta idea. 


 1.Toda la riqueza del país en sus distintas formas y sea cual fuere su titularidad está subordinada al interés general
2. Se reconoce la iniciativa pública en la actividad económica. Mediante ley se podrá reservar al sector público recursos o servicios esenciales, especialmente en caso de monopolio y asimismo acordar la intervención de empresas cuando así lo exigiere el interés general.

Por lo tanto, hay mimbres legales para emprender este camino. No es lógico que un estado consienta sistemas oligopolísticos (sector de la energía) y monopolísticos (agua). El Estado debe estar para asegurar la competencia y en este caso no hay forma mejor que formando parte del mercado. 

lunes, 2 de enero de 2017

BUTACA VACÍA: STAR WARS (1977)


Año nuevo y que mejor manera de empezar que con un poco de cine. Por ello, en lugar de hablar de la situación actual que ya sabemos que es, cuanto menos, descorazonadora creo que en estas fechas tan "entrañables" (como diría el campechano Juan Carlos Alfonso Víctor María de Borbón y Borbón-Dos Sicilias) me parecía interesante acometer la reseña de una película. 

Y creo que no había otra mejor que Star Wars, ahora conocida como Episodio IV: Una nueva Esperanza (a decir verdad, detesto este título). 
Y es que, como sabréis si no os habéis ido a una cueva recientemente  se ha producido el estreno de Rogue One y todavía más recientemente el inesperado fallecimiento de la actriz Carrie Fisher, la sempiterna Leia Organa, uno de los principales personajes de la trilogía original y del regreso de la serie. Así pues, sirva de pequeño homenaje el dedicar estas líneas a este Episodio IV.


Esta obra se estrenó en 1977 y supuso el salto a la fama de su director y guionista George Lucas, inspirado en la película La Fortaleza Escondida, así como muchos de sus actores cuya vida profesional ha girado en torno a este film. Hablo de actores como la propia Carrie Fisher, Mark Hamil (Luke Skywalker) o Harrison Ford que, a la postre, es el único actor de los principales que realmente triunfó fuera de esta saga. 

La película supuso una revolución desde el principio. Ese fondo negro con las letras "Hace mucho tiempo en una galaxia muy, muy lejana" y las características letras, que introducen en el contexto en el que se sitúa el argumento de cada película, bañadas en la genial banda sonora de John Williams. 
Esto que hoy en día lo consideramos algo tan cotidiano supuso una auténtica novedad en la época hasta el punto de que George Lucas tuvo que pagar una multa por no introducir los créditos al principio. 

El argumento gira en torno a un grupo de rebeldes que pretenden destruir una estación interestelar del malvado imperio que rige la galaxia. Dicha estación tiene la capacidad de destruir planetas enteros.


Por supuesto, es obvia la asimilación de la Estrella de la Muerte a la bomba atómica. 
También podemos ver multitud de similitudes con la historia de Roma. Roma fue una República durante casi quinientos años hasta que Octavio Augusto instituyó el Imperio tras una guerra civil en el 27 a.C. 
Si nos fijamos en las instituciones galácticas como el Senado, tienen una gran similitud con las instituciones romanas e incluso hay un aire en las vestimentas de algunos personajes (sobre todo en la trilogía moderna) con las vestimentas propias de patricios romanos. 

Uno de los aspectos que siempre ha caracterizado a la saga, independientemente de la calidad del argumento de las películas, ha sido el uso de efectos especiales y la consideración de la saga como paradigma de la tecnología de cada época. 
En este sentido esta película supuso un grandísimo impacto en una época en la que se adolecía de los recursos digitales de la actualidad. El trabajo artesanal para recrear todas las naves y muchas de las estructuras que aparecen en el título es, sencillamente, sublime y una cuestión tan simple como recrear el haz de luz de los sables láser exigía un trabajo muy concienzudo. 
Si uno revisa la segunda de las trilogías (estrenadas entre 1999 y 2005) puede tener la impresión de que las primeras películas envejecen muchísimo mejor que las modernas. 
Sin ánimo de parecer un carcamal, pienso que el valor artesanal no pierde calidad con el tiempo pero los efectos por ordenador sufren una evolución y actualizaciones tan rápidas que, en pocos años, quedan muy obsoletos. Esto es algo que le pasa a las películas modernas de esta saga y que no sufren las primeras. 

Pero si hay algo que caracteriza a una buena película es el carisma de sus personajes. Cierto que estamos ante una historia que peca de maniqueísmos con unos malos muy malos y unos buenos muy buenos aunque con honrosas excepciones. 
Ello no implica que no se traten de personajes muy complejos y que han sido reverenciados por legiones de fans a lo largo del tiempo. 
En el lado de los buenos tenemos al prota, Luke Skywalker y la clásica historia de un muchacho de humilde cuna (en principio) que termina de una forma un tanto azarosa destinado a salvar el mundo. Lo de azaroso es muy relativo y más adelante lo explicaré. 
Por otro lado tenemos a la gran Carrie Fisher interpretando a la princesa Leia que, aunque al principio parece el clásico personaje femenino destinada a ser salvada por su príncipe azul, termina revelándose como un personaje de gran complejidad y coraje capaz ella sola de ingeniárselas y en posteriores secuelas siendo ella la que rescata a los hombres.
Y no podemos olvidar a Han Solo interpretado por Harrison Ford. Es el personaje menos maniqueo ya que encarna a un contrabandista poco preocupado de líos políticos más allá de sus ganancias personales y capaz de asesinar casi a sangre fría. Y siempre está acompañado por Chewbacca, un wookie de aspecto ligeramente similar al de un yeti pero en marrón. 
Hay otros personajes como Obi Wan Kenobi, interpretado por Alec Guinness, muy importantes para el argumento o los droides R2-D2 y C3PO que se encargan de poner el punto de humor a las películas.

Y mejor que los buenos suelen ser lo malos. En este caso, solo un gran malo que es Darth Vader siempre acompañado de su característica banda sonora. 
En este personaje se aprecia la influencia japonesa del film ya que recuerda al de un shogun que en Japón estaba asociado a una especie de rango militar que gobernaban el país en nombre del Emperador. 
Un personaje del que podemos ver su extraordinario poder, capaz de matar sin tocar físicamente a la víctima y de prever acontecimientos. 


Y aquí entroncamos con el fondo de la ambientación de la saga. Me refiero a la doctrina, que podríamos calificar como filosofía, de la Fuerza: un campo de energía que nos rodea en todo momento creado por las cosas del universo y que determina el destino de las mismas. Por eso hay que matizar que no es la suerte la que quiere que los robots se dirijan al planeta de Luke sino ese ente que es la Fuerza y que rige al universo. 
En este sentido, los jedis de las películas tienen un gran conocimiento de la fuerza, la perciben, la sienten y eso les hace capaces de anticiparse a acontecimientos o emplear la telequinesis entre otras destrezas. 
Hay un trasfondo de filosofía zen en cuanto al control de las emociones, de la liberación del apego, de la paz exterior... El miedo es el principio de una serie de sentimientos que terminan llevando al odio y a lo que es el lado oscuro de la Fuerza que basa su aplicación en la pasión y sentimientos desbocados. 

Podría escribirse ríos de tinta acerca de esta teoría pero creo que lo mejor es que veáis la película y disfrutéis interpretándolas. Una de las cosas que hace a esta saga tan grande es el hecho por el cual siempre se captan mensajes o matices nuevos en cada visionado. 

Así pues, os recomiendo encarecidamente que le echéis un ojo a esta saga que tanto pega con la Navidad y mi consejo es que, si nunca las habéis visto, lo hagáis en el orden en el que fueron estrenadas ya sea con su calidad original o en las remasterizaciones que se han realizado.

Que la fuerza os acompañe. 


VALORACIÓN: OBRA MAESTRA