Hace unos meses escribía aquí una entrada sobre la
independencia de Cataluña.
Pues el proceso sigue adelante y a la par de un proceso en
Escocia que va a desembocar en un referéndum para separarse del Reino Unido.
Ambos procesos se parecen tanto como un burro a un elefante:
en casi nada.
Pero hay una coincidencia: el virus del nacionalismo inunda a la sociedad tanto en unos lugares
como en otros.
Aquí estamos hablando del nacionalismo español y el
nacionalismo catalán y allí del escocés y el británico.
El nacionalismo es
una enfermedad muy difícil de curar que distrae al pueblo de los asuntos que le
afectan directamente.
Nos ponen en las narices unas banderitas, unos himnos… que
debemos adorar y defender con nuestra vida. Exactamente, es un arma con la que
enfrentar y dividir a las clases que tienen que liderar un cambio.
Que conste que me refiero a todos los nacionalismos: catalán,
español, vasco, francés o el que sea. Son una droga y nos tienen enganchados.
Respecto a las diferencias entre los dos casos, están en las
formas que están usando los distintos
gobiernos.
Mientras vemos a unos británicos que han dado vía libre a
que se vote en Escocia aquí se le niega a los catalanes constantemente esa
opción. Con eso, el gobierno está alimentando el independentismo en Cataluña.
Pero no sólo eso; mientras vemos a los políticos británicos
lanzando mensajes de amor a Escocia y a Cameron casi humillándose con tal de
arañar votos al NO, aquí en España solo detecto amenazas del Gobierno español a Cataluña: decirles que no pueden
votar (esto es como cuando se le dice a un niño que no puede hacer tal cosa;
pues al niño le dan más ganas de hacerla), amenazarles con represalias como la
suspensión de autonomía (sí, el iluminado del ministro de exteriores) o incluso
que a veces se coquetee con la idea de los tanques (la tradición golpista de
este país que sigue ahí).
Bueno, sí que hay un pero grande en el caso escocés: la presión del sector bancario y las élites
económicas británicas en Escocia. Les están poniendo un escenario muy negro
cuando ellos saben que se adaptarán a la realidad con tal de ganar dinero.
Además los políticos catalanes han sido muy listos y
oportunistas: han aprovechado un momento de desafección con la política
nacional y han alimentado ideas entre los catalanes culpabilizando al resto de
España de los recortes y la crisis.
No dejan de ser falacias pero el pueblo envuelto en la
señera las sigue a pies juntillas.
¡Catalanes!, los
culpables de la crisis están en casa: esos que os/nos han robado miles de
millones de euros. Un partido (Convergencia), un clan mafioso (los Pujol). Esos
del 3, del 5 y del 20%. Esos son los que os roba.
Tiene que ser duro vivir en Cataluña, no ser nacionalista
(repito, ni catalán ni español) y ser de izquierdas. ¿A quién votas? ¿A ERC? ¿A
IPCV? No existe un partido de izquierdas que no sea independentista, mucha
gente no tiene que elegir porque se los lleva por delante el nacionalismo.
Al Gobierno español hay que señalarle que no puede ampararse
en una Constitución (que ellos han violado sistemáticamente) cuando vemos
manifestaciones tan masivas como las de estas dos últimas Diadas y tan poca
gente en la concentración de la Sociedad Civil Catalana.
Hay una mayoría social en Cataluña que quiere votar y con
las amenazas no se les va a atraer (lo contrario) y solo veo dos soluciones: o
usar la mano izquierda británica (quizás sea demasiado tarde) o dejarles votar.
Ahora, que si van a votar que no esperen que esto se puede
aprobar con el 50,1% ni con un 40% de participación. Tiene que ser un resultado
que no deje lugar a dudas.
Aquí lo que hay son dos bandos muy polarizados en sus
posturas nacionalistas y que son intransigentes. El PSOE propone un modelo
federal queriendo aparentar estar en medio. Ellos saben que ese modelo no atrae
ni a unos ni a otros pero ahí están.
Quizás si España fuese una república...
Quizás si España fuese una república...
Todo esto se podría haber evitado si el Partido Popular no
hubiera recurrido el Estatut al Constitucional (luego el Estatuto de Andalucía
fue similar y lo aprobaron). Aquello generó una gran frustración a los
catalanes y la visión de que España era el padre que nunca les dejaría ser
mayores de edad.
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