sábado, 24 de octubre de 2015

NUEVA POLÍTICA VS VIEJA POLÍTICA



La foto que acompaño a esta entrada es bastante definitoria y hace honor al dicho: "más vale una imagen que mil palabras".

Todo esto viene al hilo del debate que mantuvieron Pablo Iglesias y Albert Rivera en la Sexta con Jordi Évole sin reglas ni cortapisas; muy lejos de esos simulacros de debates tan encorsetados y manipulados que, cada lustro, mantienen el PP y el PSOE.

Más que hablar del debate, me gustaría referirme a los códigos y la nueva imagen de estos nuevos partidos que están trayendo el interés de la gente por la política.
Digo interés de la gente por el hecho de que el debate tuviera una audiencia de récord. Más de 5,2 millones de espectadores y un 25,2% suponiendo un récord para el programa y superando a Gran Hermano. Audiencias de Champions que dejan en ridículo a la televisión pública por no ser la que emita este tipo de programas de interés general y por la manipulación que la ha condenado a una posición testimonial en el panorama televisivo nacional.







Ante la cuestión de quién ganó el cara a cara la respuesta es clara: los dos partidos y los ciudadanos. Nos podemos poner a analizar el debate y es cierto que se vio más seguro, suelto y ágil a Rivera a la par de que el programa de Ciudadanos estaba claramente más avanzado y concretado que el de Podemos. Luego, se pueden criticar sus medidas como la del contrato único que puede significar una precariedad generalizada en el sistema laboral, la decisión de excluir a los sin papeles del sistema sanitario, la ambigüedad respecto a la Reforma Laboral y el abaratamiento del despido y en la derogación de la ley mordaza o la ocurrencia de subvencionar a los empresarios que contraten en precario. Medidas todas ellas tendentes a profundizar en la tónica neoliberal actual y que harán salivar a la oligarquía financiera del IBEX 35, a la troika y a Alemania. Medidas que pueden ser muy negativas para el 90% de los ciudadanos de este país. Pero todo ello  fue envuelto en una elegante y efectista retórica y eso es muy importante hoy en día.
Podemos parecía un quiero y no puedo pero recuperó parte de la frescura perdida y es importante destacar la amenaza a los sectores estratégicos oligopolísticos que tanto daño hacen a la ciudadanía mientras Ciudadanos juega a la ambigüedad (en esto no se diferencia C´s de los viejos partidos). No sé puede ser amigo de las eléctricas y de las personas que sufren cortes de luz en invierno y Ciudadanos juega a eso, lo mismo que en temas como la jubilación y la propuesta de Podemos de subir el salario mínimo interprofesional es necesaria en un país condenado a la precariedad laboral.
Pablo Iglesias ve necesario distribuir un poco la riqueza y, a partir de ahí, estás recuperando una clase media necesaria para España. Eso para Ciudadanos es repartir la pobreza; argumento Thatcheriano donde los haya.


Pero, como he señalado, el debate lo ganan los dos. La imagen de alternativa a lo viejo, la comunicación que transmiten es algo, desgraciadamente, rompedor en nuestro país. Eso demuestra que vamos años por detrás en términos de democracia y participación respecto a otros países ya que estos formatos (con sus variaciones múltiples) son algo muy habitual. El pueblo reclama este modelo, reclama otra forma de hacer política, pide que los políticos no se escondan tras una pantalla de plasma y se dediquen a hablar y a escuchar al otro. Lo dicho, no me importa quien ganara el debate; me importa que el domingo pasado el debate lo perdieron los partidos de la casta, los partidos que se esconden en sus sedes y se niegan a debatir.
Quizás consigamos sacar al PSOE de Ferraz; mucho más va a costar que el PP salga de su eterna burbuja y de sus casos de corrupción. 

Al día siguiente ya estaban tachando el debate de "charla de café". Demuestran que no se enteran, solo contemplan modelos precocinados y descafeinados en los que no haya margen a la improvisación; así cualquiera debate. 
No quieren pringarse, no quieren arriesgar, no quieren comunicar. Ese es su problema; sino quieren debatir que no debatan. El resto tiene el deber de hacerlo esté o no esté el PP. 
Al PP le interesa tener a la gente adormecida, drogada por los "sálvames", por el fútbol, por un tv pública que manipula y aburre hasta las ovejas. Dormir al pueblo y que dejen la política en manos de los políticos "profesionales". El debate del domingo demuestra su fracaso y demuestra que hay televisiones privadas que están ejerciendo de televisión pública. 

En definitiva, ojalá que esto no se quede ahí (y dado su éxito albergo esperanzas) y que dé comienzo una nueva era comunicativa entre los partidos políticos y despertemos de una vez del mal sueño del bipartidismo encorsetado y preprogramado.


"Si tienes palabras más fuertes que el silencio, habla. Si no las tienes, entonces guarda silencio" Eurípides.

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