miércoles, 9 de noviembre de 2016
VUELTA AL FASCISMO
Pues ya está aquí. Después de un intenso año en electoral no solo en nuestro país sino tambien a nivel mundial como el referéndum del Bréxit, ayer se consumó lo que muchos no querían ni plantearse: Donald Trump se ha convertido en el cuadragésimo quinto Presidente de los Estados Unidos.
La verdad es que no ha sido el mejor año para las empresas demoscópicas. Se puede decir que tras lo de España y el Bréxit lo mejor que pueden hacer es esconderse en un lugar profundo ya que no han dado una.
Aunque en este caso me gustaría matizar el fracaso de las encuestas. Cierto es que la mayoría de las encuestas daban a Hillary Clinton ganadora pero no menos cierto es que, cuando salió a flote la investigación del FBI, la tendencia fue favorable a Trump. Y eso es lo más importante en las encuestas, más que analizar los resultados totales creo interesante ver quién está subiendo y quién va hacia abajo.
Pero analicemos el por qué un candidato tan peculiar como este Donald Trump ha conseguido llegar a la White House teniendo al alcance de su dedo índice el "botoncito" de la bomba atómica.
La verdad es que la victoria de Trump no es un hecho aislado de Estados Unidos sino que presenta una tendencia mundial.
Las democracias occidentales viven la mayor crisis desde el fin de la I Guerra Mundial. Crisis que viene motivada por múltiples factores: crisis económicas, terrorismo internacional, crisis de valores sociales, corrupción, desigualdad...
En este marco y, como ocurrió tras la I Guerra Mundial, se genera un gran caldo de cultivo para que movimientos populistas con carácter xenófobo, excluyente y que propugnan la cerrazón del país a "enemigos externos" junto a un ultranacionalismo exacerbado consigan captar el voto de mayorías que suponen las clases medias de raza blanca y los votos de masas sin estudios que han sufrido las inclemencias del sistema político y económico.
Antes se les llamaban Fascismos; ahora me voy a permitir el lujo de señalarlos como los neofascismos ya que se trata de movimientos con un ligero lavado de imagen y que no se atreven del todo a cuestionar la democracia en sí. Participan en el sistema con el convencimiento de poder ganar en él.
Si echamos la vista atrás, Mussolini alcanza el poder con un golpe de Estado en 1922 y Hitler intentó un golpe de Estado antes de consolidar su poder en unas elecciones amañadas.
Por lo tanto, Trump contaba con un contexto propicio para llevar a cabo un discurso fácil y populista en el que señalase a enemigos externos pero que están dentro del país: latinos, árabes, refugiados, etc.
Y, como he señalado se trata de una tendencia mundial. En junio ya asistimos al inicio de la salida de Gran Bretaña de la UE y en muchos países como en Francia con Le Pen o en Alemania los movimientos de extrema derecha están alcanzando grandes cotas de poder.
En España no ha pasado. A pesar de que el cuñadismo español quiera buscar comparaciones entre Podemos y los neofascismos lo cierto es que el espacio político que ocupa Podemos es completamente opuesto: voto urbanita, gente con estudios y con poco apoyo rural.
La realidad es que el espacio populista lo tiene muy consolidado en España el PP.
Pero volviendo al caso de Trump; no deja(ría) de resultar sorprendente que un multimillonario parido por el sistema actual se presente como un rupturista capaz de aglutinar el descontento social sino fuera porque lo hemos visto cientos de veces. Gente que vota contra sus intereses movidos por sentimientos nacionalistas que confunden con el patriotismo.
Nunca Estados Unidos había tenido un candidato tan polémico y excéntrico y eso ya es decir puesto que ha tenido a tipos muy peculiares: recuerdo a Andrew Jackson que se negaba a cumplir disposiciones del Tribunal Supremo sobre el trato a los indígenas; a Ronald Reagan o al propio George W. Bush. Pero ninguno de estos generaba tanta polémica concentrada en su persona antes de acceder al poder.
Tampoco podemos obviar la floja candidatura demócrata. Hillary Clinton era una política demasiado establishment para pelearle a Trump la Presidencia. Representa el ala derecha del Partido Demócrata como lo hizo su marido Bill en su día.
Además, cuenta con una pesada mochila. Decisiones como el voto a favor en la Guerra de Irak no se lo han puesto nunca muy fácil.
Clinton ganó las primarias a Bernie Sanders que hubiera resultado un candidato mucho más progresista hasta el punto de que se le considera socialista. Quizá demasiado de izquierdas para un país tan liberal en lo económico pero hubiera resultado ideal como contraposición a Trump.
Clinton ha resultado un fiasco de poco carisma y muchas dudas sobre su propia persona. Ha recibido más votos por el rechazo a Trump que por la ilusión por ella; todo lo contrario a Barack Obama.
Puestos a buscar una mujer para la Casa Blanca, creo que la propia Michelle Obama hubiera sido una mucho mejor candidata.
Y ahí entroncamos con ese legado de Obama. Legado que, con un Congreso y Senado republicanos, tiene todos los visos de esfumarse.
Lo que ha costado legislar por el cambio climático, por la sanidad, por el desbloqueo con Cuba y lo fácil que, en una noche, todo lo logrado en ocho años cae por un precipicio.
El futuro está por escribirse. Hay muchos lobbies de poder en Estados Unidos (muchos muy visibles puesto que no tienen ni que esconderse) y el margen para un Presidente siempre está delimitado como vimos con Obama pero lo que parece claro es que estamos ante una crisis de las democracias occidentales, una crisis del sistema que muchos no han querido ver y que ya llevaba una serie de advertencias dadas.
Yo por si acaso iría mirando como están los pisos en Marte...
martes, 1 de noviembre de 2016
CRÓNICA DE UNA ABSTENCIÓN ANUNCIADA
El pasado sábado se confirmó lo que ya anunciábamos hace un mes: la destitución de Pedro Sánchez al frente de la Secretaría General del PSOE terminaría provocando la investidura de Mariano Rajoy como Presidente del Gobierno.
Ha pasado casi un mes en el que la Gestora del PSOE, no sin dificultades debido a la división interna del asunto, ha tratado de construir el relato para colar a sus votantes la idea de camino sin salida en el que se encontraba el partido y el "mal menor" que supone que Rajoy sea Presidente. Asimismo, han vendido la idea de que la abstención es algo puntual y que la oposición va a ser fuerte contra un gobierno que ellos han consentido.
El tiempo dirá si lo que dicen los dirigentes socialistas es la verdad o es un cóctel de eufemismos para disolver la aspirina que se han de tragar todos los votantes socialistas.
Lo que parece claro es que la posición de partida no es la mejor para una buena oposición. El PSOE ha entregado el gobierno al partido más corrupto de Europa a cambio de nada y encima está completamente en las manos de esa organización.
El PP siempre podrá jugar la baza de las elecciones si el PSOE no le apoya en cuestiones centrales como los Presupuestos Generales o si el PSOE promueve o apoya intentos parlamentarios de desmontar la obra de Rajoy: LOMCE, recortes sociales, reforma laboral...
¿Alguien cree que dentro de cuatro o cinco meses el PSOE estará en unas condiciones sensiblemente mejores de asumir una cita electoral? Yo creo que no.
Al fin y al cabo no se critica al PSOE por entregar el gobierno a un partido de derechas. Económicamente no les separa mucho desde hace algunos lustros y el PSOE ya ha mostrado su predilección por un partido neo-liberal como es Ciudadanos. La clave, por tanto, es entregar el gobierno a una organización tan corrompida como el Partido Popular que protagoniza escándalos de corrupción a diario hasta el punto de encontrarse encausado como organización.
La realidad es que esta abstención llega tarde. Es palpable la cobardía de muchos dirigentes que en junio no dijeron ni pío acerca de la abstención y que en septiembre protagonizaron un movimiento digno de Juego de Tronos para provocar la caída del Secretario General y allanar el camino de la abstención.
Ya se habló entonces de "golpe encubierto" o de movimientos de agentes extra-democráticos para explicar la situación del PSOE. Pero esas teorías venían del exterior.
El pasado domingo LaSexta emitió un Salvados en el que Jordi Évole entrevistó al propio Pedro Sánchez.
La entrevista a Pedro Sánchez en muchos países podría marcar un antes y un después en la concepción de la política por parte de mucha gente (en España, de momento, estamos con la cobra de Bisbal a Chenoa).
Nos referimos a la denuncia del Secretario General de incidencia en la política y en los partidos de grandes empresas (como Telefónica) y de medios de comunicación como el poderoso Grupo PRISA.
Si hasta ahora solo habíamos escuchado estas tesis en boca de los mal llamados "anti-sistema", "radicales de izquierdas" y "conspiranoicos" resulta casi revolucionario oírselo a alguien tan poco sospechoso de anti-sistema y, si me apuran, de izquierdista.
Se entrevé perfectamente que la oligarquía financiera de este país no va a permitir, digan lo que digan las urnas, un gobierno en el que participen fuerzas del cambio.
Pero Sánchez no se quedó ahí sino que también se dedicó a desmontar parte del relato de su partido y que el ha estado repitiendo sin parar.
Por ejemplo, reconoció que cometió un error al no querer acordar nada con Podemos entregándose únicamente a Ciudadanos.
No menos sorprendente fue el reconocimiento de Podemos como fuerza de cambio, lejos de ese populismo del que él mismo tachó al partido. El ex líder socialista reparó en la necesidad de entenderse con Podemos para tener opciones de ser seria alternativa al PP.
Creo que esta es una cuestión central. Me explico, mientras el pueblo español no castigue la corrupción y la indecencia política, el voto tradicional conservador de derechas seguirá concentrado en el PP y el voto progresista de izquierdas seguirá disperso en una importante cantidad de partidos de izquierdas haciendo imposible una victoria en un proceso electoral sin que medien pactos post-electorales.
Como ya he recalcado, son muchas cosas que ya sabíamos pero no deja de ser novedosas escucharlas de todo un ex Secretario General del PSOE.
No podemos obviar que todo esto llega tarde y que Pedro Sánchez ha iniciado una estrategia quijotesca que puede ser efectiva de cara a la militancia pero que, parece, carece de verosimilitud. Seguimos ante el mismo dirigente que defendió un acuerdo con Ciudadanos y que ha representado el sector más derechista (que ya es decir) del Partido Socialista.
Dejo para el final lo más importante que es la gente. La gente que ha sufrido cuatro años de recortes económicos, en prestaciones, en derechos laborales, educación, sanidad, dependencia, en libertades como la que representa la Ley Mordaza, en pluralidad informativa, etc. La gente que ha sufrido los efectos más devastadores de la crisis como los desahucios y los suicidios que han provocado las políticas liberales del PP mientras se saqueaba las arcas públicas.
Muchas de estas personas a las que seguro les importa poco todo este Juego de Tronos que hoy analizamos y mucho lo que implica en el futuro, que es un más de lo mismo.
Aquí los mayores beneficiarios de todo esto van a ser estos grandes grupos empresariales, los lobbies y, casi lo olvido, el independentismo catalán que con un Presidente como Rajoy va a ver como sigue creciendo sus adeptos ante la habilidad de nuestro gobierno de seguir echando gasolina al incendio originado por los partidos independentistas.
Para ver la entrevista completa a Pedro Sánchez pincha en este enlace.
Rajoy jurando el cargo ante un crucifijo y sobre una Biblia. Símbolo de la "aconfesionalidad" constitucional |
Ha pasado casi un mes en el que la Gestora del PSOE, no sin dificultades debido a la división interna del asunto, ha tratado de construir el relato para colar a sus votantes la idea de camino sin salida en el que se encontraba el partido y el "mal menor" que supone que Rajoy sea Presidente. Asimismo, han vendido la idea de que la abstención es algo puntual y que la oposición va a ser fuerte contra un gobierno que ellos han consentido.
El tiempo dirá si lo que dicen los dirigentes socialistas es la verdad o es un cóctel de eufemismos para disolver la aspirina que se han de tragar todos los votantes socialistas.
Lo que parece claro es que la posición de partida no es la mejor para una buena oposición. El PSOE ha entregado el gobierno al partido más corrupto de Europa a cambio de nada y encima está completamente en las manos de esa organización.
El PP siempre podrá jugar la baza de las elecciones si el PSOE no le apoya en cuestiones centrales como los Presupuestos Generales o si el PSOE promueve o apoya intentos parlamentarios de desmontar la obra de Rajoy: LOMCE, recortes sociales, reforma laboral...
¿Alguien cree que dentro de cuatro o cinco meses el PSOE estará en unas condiciones sensiblemente mejores de asumir una cita electoral? Yo creo que no.
Antonio Hernando del "no" a defender la abstención |
La realidad es que esta abstención llega tarde. Es palpable la cobardía de muchos dirigentes que en junio no dijeron ni pío acerca de la abstención y que en septiembre protagonizaron un movimiento digno de Juego de Tronos para provocar la caída del Secretario General y allanar el camino de la abstención.
Ya se habló entonces de "golpe encubierto" o de movimientos de agentes extra-democráticos para explicar la situación del PSOE. Pero esas teorías venían del exterior.
El pasado domingo LaSexta emitió un Salvados en el que Jordi Évole entrevistó al propio Pedro Sánchez.
La entrevista a Pedro Sánchez en muchos países podría marcar un antes y un después en la concepción de la política por parte de mucha gente (en España, de momento, estamos con la cobra de Bisbal a Chenoa).
Nos referimos a la denuncia del Secretario General de incidencia en la política y en los partidos de grandes empresas (como Telefónica) y de medios de comunicación como el poderoso Grupo PRISA.
Si hasta ahora solo habíamos escuchado estas tesis en boca de los mal llamados "anti-sistema", "radicales de izquierdas" y "conspiranoicos" resulta casi revolucionario oírselo a alguien tan poco sospechoso de anti-sistema y, si me apuran, de izquierdista.
Se entrevé perfectamente que la oligarquía financiera de este país no va a permitir, digan lo que digan las urnas, un gobierno en el que participen fuerzas del cambio.
Pero Sánchez no se quedó ahí sino que también se dedicó a desmontar parte del relato de su partido y que el ha estado repitiendo sin parar.
Por ejemplo, reconoció que cometió un error al no querer acordar nada con Podemos entregándose únicamente a Ciudadanos.
No menos sorprendente fue el reconocimiento de Podemos como fuerza de cambio, lejos de ese populismo del que él mismo tachó al partido. El ex líder socialista reparó en la necesidad de entenderse con Podemos para tener opciones de ser seria alternativa al PP.
Creo que esta es una cuestión central. Me explico, mientras el pueblo español no castigue la corrupción y la indecencia política, el voto tradicional conservador de derechas seguirá concentrado en el PP y el voto progresista de izquierdas seguirá disperso en una importante cantidad de partidos de izquierdas haciendo imposible una victoria en un proceso electoral sin que medien pactos post-electorales.
Como ya he recalcado, son muchas cosas que ya sabíamos pero no deja de ser novedosas escucharlas de todo un ex Secretario General del PSOE.
No podemos obviar que todo esto llega tarde y que Pedro Sánchez ha iniciado una estrategia quijotesca que puede ser efectiva de cara a la militancia pero que, parece, carece de verosimilitud. Seguimos ante el mismo dirigente que defendió un acuerdo con Ciudadanos y que ha representado el sector más derechista (que ya es decir) del Partido Socialista.
Dejo para el final lo más importante que es la gente. La gente que ha sufrido cuatro años de recortes económicos, en prestaciones, en derechos laborales, educación, sanidad, dependencia, en libertades como la que representa la Ley Mordaza, en pluralidad informativa, etc. La gente que ha sufrido los efectos más devastadores de la crisis como los desahucios y los suicidios que han provocado las políticas liberales del PP mientras se saqueaba las arcas públicas.
Muchas de estas personas a las que seguro les importa poco todo este Juego de Tronos que hoy analizamos y mucho lo que implica en el futuro, que es un más de lo mismo.
Aquí los mayores beneficiarios de todo esto van a ser estos grandes grupos empresariales, los lobbies y, casi lo olvido, el independentismo catalán que con un Presidente como Rajoy va a ver como sigue creciendo sus adeptos ante la habilidad de nuestro gobierno de seguir echando gasolina al incendio originado por los partidos independentistas.
Para ver la entrevista completa a Pedro Sánchez pincha en este enlace.
jueves, 29 de septiembre de 2016
GOLPE A LA DEMOCRACIA
Ayer saltaba la noticia en Ferraz. Diecisiete miembros de la ejecutiva del PSOE dimitían forzando una especie de moción de censura interna.
La verdad es que el propio Sánchez a nivel interno lleva tiempo errando en sus decisiones. La última convocatoria de primarias fue la peor de las ocurrencias en el momento actual y supuso darle a Susana Díaz el casus belli que tanto estaba deseando. Quizás no por la decisión en sí, sino por el momento que venía a suponer una condena a unas terceras elecciones por los tiempos en los que estamos. Si hubiera hecho esto en julio, seguramente hubiera tenido un pase...
Lo que de verdad está tras la decisión de los barones de rebelarse es investir a Mariano Rajoy. Es el deseo del IBEX 35 (Ciudadanos), de muchos barones y de antiguos dirigentes como Felipe González (también oligarquía financiera) que llevan tiempo abogando por el entendimiento entre el PP y el PSOE a la alemana.
Olvidan una cosa. En Alemania el partido de Merkel podrá ser muy de derechas pero no es un partido corrupto como el PP. Aquí no se trata de que el PP sea de derechas (el PSOE ha pactado con Ciudadanos y no ha pasado nada) sino de que es el partido que más representa la corrupción del país y eso está por encima de cualquier etiqueta ideológica.
Pero volvamos a la cuestión. Los movimientos internos del PSOE simbolizan los movimientos de estas oligarquías que son las que controlan, en última instancia los aparatos del partido.
Dudo mucho que los votantes del PSOE le hayan dado su confianza al partido para que después consientan que Rajoy sea Presidente sin ni siquiera intentar una alternativa de gobierno.
A todo ello contribuyen los Juegos de Tronos internos en el partido. Susana Díaz fue responsable directa de que Pedro Sánchez fuera elegido Secretario General. De los tres candidatos (Pérez Tapias, Madina y el propio Sánchez) era sin dudas el más derechista de los partidos.
La realidad es que Sánchez no quería investir a Rajoy porque eso hubiera supuesto un suicidio político en toda regla.
La propia Susana es muy inteligente y no ha querido dar el paso del liderazgo hasta ahora para no tener que ser ella la que se abstuviera. Ella prefiere que el suicidio político lo practique otra persona.
La otra gran verdad es que estos barones no querían un pacto con Podemos ni en pintura.
Susana Díaz se entregó en Andalucía a Ciudadanos y a políticas neoliberales como los recortes que está sufriendo la comunidad en sanidad y educación. Pero se conserva una amplia red clientelar que propicia que el partido tenga una fortaleza increíble en una comunidad que ha gobernado siempre a pesar de casos de corrupción tan escandalosos como los EREs. Es la única comunidad en la que el PSOE ha ganado unas elecciones regionales y, desde hace mucho, es la federación más fuerte del PSOE.
Más cuesta creer a otros barones como el de Castilla La Mancha (que gobierna gracias a Podemos) o Rodríguez Ibarra que dijo que rompería el carné del PSOE si este pactaba con Podemos a pesar de que en Extremadura gobierna con Podemos. Y en Aragón y en Asturias....Todas las comunidades (salvo Andalucía) en las que gobierna el PSOE lo hace gracias a Podemos.
Se empleó como excusa la negociación con partidos independentistas. No se le permitió ni hablar con ellos como si por hablar con esos partidos ya se rompiera España.
Si de verdad están tan seguros de que lo mejor es que Rajoy sea presidente y de que tienen la legitimidad, entonces que convoquen una consulta entre los afiliados (que tampoco sería del todo justo ya que son los votantes los que deberían decidirlo) y que se pronuncien.
La realidad es que son muchos los intereses que hay tras este golpe de estado encubierto y ninguno de esos intereses es buscar lo mejor del país.
El único fin de todo esto es asegurar la continuidad de un régimen podrido en el que ni siquiera se obligue al propio Rajoy y sus ministros corruptos como Fernández Díaz a renunciar a la Presidencia.
El PSOE puede tirar a la basura lo poco que le quedaba de PSOE.
La verdad es que el propio Sánchez a nivel interno lleva tiempo errando en sus decisiones. La última convocatoria de primarias fue la peor de las ocurrencias en el momento actual y supuso darle a Susana Díaz el casus belli que tanto estaba deseando. Quizás no por la decisión en sí, sino por el momento que venía a suponer una condena a unas terceras elecciones por los tiempos en los que estamos. Si hubiera hecho esto en julio, seguramente hubiera tenido un pase...
Lo que de verdad está tras la decisión de los barones de rebelarse es investir a Mariano Rajoy. Es el deseo del IBEX 35 (Ciudadanos), de muchos barones y de antiguos dirigentes como Felipe González (también oligarquía financiera) que llevan tiempo abogando por el entendimiento entre el PP y el PSOE a la alemana.
Olvidan una cosa. En Alemania el partido de Merkel podrá ser muy de derechas pero no es un partido corrupto como el PP. Aquí no se trata de que el PP sea de derechas (el PSOE ha pactado con Ciudadanos y no ha pasado nada) sino de que es el partido que más representa la corrupción del país y eso está por encima de cualquier etiqueta ideológica.
Pero volvamos a la cuestión. Los movimientos internos del PSOE simbolizan los movimientos de estas oligarquías que son las que controlan, en última instancia los aparatos del partido.
Dudo mucho que los votantes del PSOE le hayan dado su confianza al partido para que después consientan que Rajoy sea Presidente sin ni siquiera intentar una alternativa de gobierno.
A todo ello contribuyen los Juegos de Tronos internos en el partido. Susana Díaz fue responsable directa de que Pedro Sánchez fuera elegido Secretario General. De los tres candidatos (Pérez Tapias, Madina y el propio Sánchez) era sin dudas el más derechista de los partidos.
La realidad es que Sánchez no quería investir a Rajoy porque eso hubiera supuesto un suicidio político en toda regla.
La propia Susana es muy inteligente y no ha querido dar el paso del liderazgo hasta ahora para no tener que ser ella la que se abstuviera. Ella prefiere que el suicidio político lo practique otra persona.
La otra gran verdad es que estos barones no querían un pacto con Podemos ni en pintura.
Susana Díaz se entregó en Andalucía a Ciudadanos y a políticas neoliberales como los recortes que está sufriendo la comunidad en sanidad y educación. Pero se conserva una amplia red clientelar que propicia que el partido tenga una fortaleza increíble en una comunidad que ha gobernado siempre a pesar de casos de corrupción tan escandalosos como los EREs. Es la única comunidad en la que el PSOE ha ganado unas elecciones regionales y, desde hace mucho, es la federación más fuerte del PSOE.
Más cuesta creer a otros barones como el de Castilla La Mancha (que gobierna gracias a Podemos) o Rodríguez Ibarra que dijo que rompería el carné del PSOE si este pactaba con Podemos a pesar de que en Extremadura gobierna con Podemos. Y en Aragón y en Asturias....Todas las comunidades (salvo Andalucía) en las que gobierna el PSOE lo hace gracias a Podemos.
Se empleó como excusa la negociación con partidos independentistas. No se le permitió ni hablar con ellos como si por hablar con esos partidos ya se rompiera España.
Si de verdad están tan seguros de que lo mejor es que Rajoy sea presidente y de que tienen la legitimidad, entonces que convoquen una consulta entre los afiliados (que tampoco sería del todo justo ya que son los votantes los que deberían decidirlo) y que se pronuncien.
La realidad es que son muchos los intereses que hay tras este golpe de estado encubierto y ninguno de esos intereses es buscar lo mejor del país.
El único fin de todo esto es asegurar la continuidad de un régimen podrido en el que ni siquiera se obligue al propio Rajoy y sus ministros corruptos como Fernández Díaz a renunciar a la Presidencia.
El PSOE puede tirar a la basura lo poco que le quedaba de PSOE.
viernes, 2 de septiembre de 2016
OBAMA: LEGADO DEL PRESIDENTE "STING"
Parece que fue ayer pero en noviembre de este mismo se cumplirán ocho años desde la victoria de Barack Hussein Obama en las elecciones presidenciales en las que arrasó a John McCain y le valieron para convertirse en el primer presidente afroamericano de los Estados Unidos.
Obama irrumpió en el panorama nacional estadounidense cual huracán que arrasa a sus adversarios.
Y todo a pesar de que Hillary Clinton partía como clara favorita en el bando demócrata, pero el anhelo por ver a un país de tradición esclavista tener a un presidente negro, unido a su carisma y a sus discursos "kennedianos" dieron como resultado una oleada de ilusión que desbordó las previsiones de todos sus contrincantes.
Obama ganó la partida a Hillary Clinton en unas primarias que ya quisieran para sí los partidos españoles. Se pueden recordar multitud de debates entre los candidatos y la posibilidad de votar de cualquier simpatizante, algo impensable en nuestro país (sobre todo lo de los debates) aunque, eso sí, como contrapartida lleva al sistema más bipartidista imaginable.
Derrotada Hillary Clinton (y, posteriormente incorporada como Secretaria de Estado), Obama no tuvo problemas para ganar las presidenciales a un Partido Republicano muy mermado por las políticas de George Bush y por la profusión en el partido de ideologías de extrema derecha encarnadas en el denominado Tea Party.
Las dificultades empezaron a venir después y es que, podemos decir que Obama es víctima de sus propias expectativas, de lo que hoy se conoce como hype.
La desbordante ilusión que generó Obama llevó a pensar a mucha gente, y no precisamente todos de su propio país, a que los cambios en el panorama político, social, económico e internacional iban a ser tan profundos y significativos que traería poco menos un nuevo orden mundial.
En primer lugar, nos debemos de poner en contexto. Estados Unidos es un país increíblemente complejo. Es tan complejo que conviven realidades tan divergentes como grupos científicos del más alto nivel (como la NASA) con fanatismos religiosos tan arraigados en la sociedad y las instituciones que se llega al punto que en muchos centros escolares todavía se estudia el Creacionismo.
Por lo general, se trata de un país muy conservador. La economía de libre mercado es axiomática e indiscutible. Estamos hablando de un país donde no se dio realmente un Estado del Bienestar o, al menos, no como lo conocemos en Europa. Un país donde se defiende a capa y espada (nunca mejor dicho) el derecho a portar armas pero donde instaurar un sistema sanitario universal es tachado de poco menos que de comunista. Un país donde se reconocen los lobbies y se admite sin pudor y legalmente que financien a los partidos políticos, como la célebre Asociación Nacional del Rifle.
Con esas y muchas más contradiciones tuvo que lidiar Obama desde su primer día. Un Obama que, tampoco nos engañemos, no era precisamente un radical socialista pero, probablemente, sea el presidente más progresista y social que pueda aceptar la población de EE.UU.
Si nos vamos a su legado en política nacional, está claro que su logro más reseñable es la instauración del Obama Care. Se trata de algo remotamente asimilable a un sistema sanitario europeo pero, al fin y al cabo, un comienzo.
La reforma inicial que pretendía Obama era mucho más ambiciosa pero la fuerte oposición del partido de la oposición y, especialmente, de su propio partido pusieron coto a la implantación de un sistema sanitario asimilable a los sistemas europeos.
Estamos ante un país en el que si enfermas y no dispones de seguro quedas a merced de la caridad privada. Incluso disponiendo de seguro, eso no garantiza absolutamente nada. Pongo un ejemplo, si un ciudadano tiene un seguro de un año y contrae una enfermedad de larga duración, al caducar el seguro no se lo van a renovar y va a quedar expuesto a sus posibilidades económicas.
La reforma de Obama es intervencionista con las aseguradoras ya que pone topes económicos haciendo los seguros accesibles a las personas con enfermedades. Asimismo, "obliga" a los ciudadanos a adquirir un seguro bajo pena de multa en forma de impuestos más altos. Esta segunda parte tiene un tinte más liberal ya que implica que personas sanas tengan su seguro esperando que el mercado regule a unos precios más asequibles.
Por último, pero no menos importante, la reforma prevee subsidios para las personas que no pueden pagarse dicho seguro.
La contestación que tuvo esta reforma fue feroz desde el bando republicano, que se comprometió a derogarla en cuanto pudiera, y desde su propio partido hasta el punto de haberse llevado al Tribunal Supremo que resolvió en favor de Obama a pesar del tinte conservador de dicho tribunal.
En definitiva, su gran promesa y reforma suponen la mejor metáfora de lo que ha sido el tránsito de Obama en la Casa Blanca: la expectativa cumplida a medias. Ello propicia, en muchas ocasiones, una frustración enorme en la ciudadanía (no ya de Estados Unidos) sino en la del mundo que esperaba que fuera ese gran líder del siglo XXI, esa gran esperanza en la política mundial cuando deberíamos ser conscientes que, para empezar, en política no solo mandan los dirigentes votados por la ciudadanía; en algunos casos son meros títeres.
Otro fracaso ha sido el de la restricción de armas. Estados Unidos es un país en el que la Constitución a través de su segunda enmienda garantiza el derecho a portar armas. Por lo tanto, se trata de una norma para los cincuenta estados que deja poco margen a la legislación.
A lo largo de los últimos años el país ha asistido a masacres que han sido facilitadas por la extrema sencillez para acceder a un arma. Casos como el de la masacre del instituto Columbine con 15 muertos u otras más recientes como el atentado en el local gay de Orlando o la masacre de Aurora en 2012. Raro es el año en el que no acontece algún suceso de esta índole.
A pesar de los intentos de Obama de restringir el acceso a las armas se ha encontrado con el bloqueo del Congreso y, en especial, del Partido Republicano que es financiado, entre otros, por el lobby de las armas, la Asociación Nacional del Rifle.
La política económica de Barack Obama puede considerarse keynesiana teniendo en cuenta las características de la economía y sociedad americanas.
A pesar de ver incrementado el gasto social con diversas medidas destinadas a estimular la economía y a paliar mínimamente las enormes desigualdades, el déficit no ha parado de descender desde el terrible año de 2009.
fuente: Expansión
Una vez más, se pone en tela de juicio la falacia liberal por la cual se teoriza acerca de la pasividad que debe mantener el estado en la economía.
El otro gran caballo de batalla para Estados Unidos ha sido la política exterior y la, íntimamente relacionada cuando hablamos de este país, la militar.
En este caso, hemos asistido a fracasos como el incumplimiento de la promesa de cerrar el centro de detención y torturas de Guantánamo también con el freno del Congreso.
Obama cerró la intervención americana de Irak dejando tras de sí una terrible
inestabilidad, caldo de cultivo para los nuevos movimientos terroristas.
Otros focos, como Siria o Libia, han sufrido intervenciones de Estados Unidos. Estamos ante dictadores (Gadafi, al assad...) que acceden al poder gracias al apoyo Occidente liderada por Estados Unidos hasta que dejan de ser meros títeres de sus intereses. En ese momento, no se duda en intervenir aun a costa de dejar países desolados como el propio Irak.
El Imperialismo que ha practicado Estados Unidos no se ha basado nunca en la adhesión de nuevos territorios sino en el control político-económico a través de dictaduras títeres que favorecen a sus intereses sin importar la represión y el sufrimiento que ocasionan en su población.
Quizás su mayor éxito en el exterior ha sido la apertura del dialogo con Cuba y el anuncio del fin del bloqueo de la isla que dura desde 1960 en plena Guerra Fría con la URSS.
En lo que respecta al cambio climático, la administración de Obama se ha mostrado mucho más sensible a esta cuestión que su antecesor republicano pero, como ha sido tónica en su última etapa, se ha visto bloqueado por la mayoría republicana.
Muchas de las medidas estrella de Obama, como hemos visto, han sido frenadas en seco por una oposición que ostenta mayoría en el congreso. Esto no ha sido siempre así y se puede achacar a Obama que solo ha presentado sus medidas más atrevidas cuando ya no podían ser aprobadas. No deja de ser cierto pero también hay que recalcar que los presidentes americanos tienden a lanzar sus apuestas más arriesgadas en sus segundos mandatos ya que tienen la imposibilidad de presentarse a una tercera legislatura y no tienen nada que perder a nivel personal.
El presidente sting (aguijón, como le gusta que le llamen) deja luces y sombras. Un tipo con una oratoria magnifica y muy carismático que ha roto muchos prejuicios en el país y ha supuesto un simbólico avance en la lucha por la igualdad racial en un país en el que, a menudo, vemos muertes de negros causadas por prejuicios raciales.
Una política económica opuesta a la que se ha llevado en estos lares en los últimos años que le ha servido al país para salir de su crisis pero en cuestiones de legado, de trascendencia política, las medidas estrella del presidente no se han llevado a cabo o lo han hecho solo a medias (como la reforma sanitaria).
Veremos si el país elige ahora a su primera mujer como Presidenta o bien tira hacia un candidato no solo de extrema derecha, sino al que parece faltarle algún que otro tornillo como a Donald Trump pero, al mismo tiempo, tremendamente populista lo que le ha granjeado grandes apoyos de las clases medias a sus medidas xenófobas.
El futuro lo dirá...
Obama irrumpió en el panorama nacional estadounidense cual huracán que arrasa a sus adversarios.
Y todo a pesar de que Hillary Clinton partía como clara favorita en el bando demócrata, pero el anhelo por ver a un país de tradición esclavista tener a un presidente negro, unido a su carisma y a sus discursos "kennedianos" dieron como resultado una oleada de ilusión que desbordó las previsiones de todos sus contrincantes.
Obama ganó la partida a Hillary Clinton en unas primarias que ya quisieran para sí los partidos españoles. Se pueden recordar multitud de debates entre los candidatos y la posibilidad de votar de cualquier simpatizante, algo impensable en nuestro país (sobre todo lo de los debates) aunque, eso sí, como contrapartida lleva al sistema más bipartidista imaginable.
Derrotada Hillary Clinton (y, posteriormente incorporada como Secretaria de Estado), Obama no tuvo problemas para ganar las presidenciales a un Partido Republicano muy mermado por las políticas de George Bush y por la profusión en el partido de ideologías de extrema derecha encarnadas en el denominado Tea Party.
Las dificultades empezaron a venir después y es que, podemos decir que Obama es víctima de sus propias expectativas, de lo que hoy se conoce como hype.
La desbordante ilusión que generó Obama llevó a pensar a mucha gente, y no precisamente todos de su propio país, a que los cambios en el panorama político, social, económico e internacional iban a ser tan profundos y significativos que traería poco menos un nuevo orden mundial.
En primer lugar, nos debemos de poner en contexto. Estados Unidos es un país increíblemente complejo. Es tan complejo que conviven realidades tan divergentes como grupos científicos del más alto nivel (como la NASA) con fanatismos religiosos tan arraigados en la sociedad y las instituciones que se llega al punto que en muchos centros escolares todavía se estudia el Creacionismo.
Por lo general, se trata de un país muy conservador. La economía de libre mercado es axiomática e indiscutible. Estamos hablando de un país donde no se dio realmente un Estado del Bienestar o, al menos, no como lo conocemos en Europa. Un país donde se defiende a capa y espada (nunca mejor dicho) el derecho a portar armas pero donde instaurar un sistema sanitario universal es tachado de poco menos que de comunista. Un país donde se reconocen los lobbies y se admite sin pudor y legalmente que financien a los partidos políticos, como la célebre Asociación Nacional del Rifle.
Con esas y muchas más contradiciones tuvo que lidiar Obama desde su primer día. Un Obama que, tampoco nos engañemos, no era precisamente un radical socialista pero, probablemente, sea el presidente más progresista y social que pueda aceptar la población de EE.UU.
Si nos vamos a su legado en política nacional, está claro que su logro más reseñable es la instauración del Obama Care. Se trata de algo remotamente asimilable a un sistema sanitario europeo pero, al fin y al cabo, un comienzo.
La reforma inicial que pretendía Obama era mucho más ambiciosa pero la fuerte oposición del partido de la oposición y, especialmente, de su propio partido pusieron coto a la implantación de un sistema sanitario asimilable a los sistemas europeos.
campaña contra el Obama Care tachándolo de comunista |
La reforma de Obama es intervencionista con las aseguradoras ya que pone topes económicos haciendo los seguros accesibles a las personas con enfermedades. Asimismo, "obliga" a los ciudadanos a adquirir un seguro bajo pena de multa en forma de impuestos más altos. Esta segunda parte tiene un tinte más liberal ya que implica que personas sanas tengan su seguro esperando que el mercado regule a unos precios más asequibles.
Por último, pero no menos importante, la reforma prevee subsidios para las personas que no pueden pagarse dicho seguro.
La contestación que tuvo esta reforma fue feroz desde el bando republicano, que se comprometió a derogarla en cuanto pudiera, y desde su propio partido hasta el punto de haberse llevado al Tribunal Supremo que resolvió en favor de Obama a pesar del tinte conservador de dicho tribunal.
En definitiva, su gran promesa y reforma suponen la mejor metáfora de lo que ha sido el tránsito de Obama en la Casa Blanca: la expectativa cumplida a medias. Ello propicia, en muchas ocasiones, una frustración enorme en la ciudadanía (no ya de Estados Unidos) sino en la del mundo que esperaba que fuera ese gran líder del siglo XXI, esa gran esperanza en la política mundial cuando deberíamos ser conscientes que, para empezar, en política no solo mandan los dirigentes votados por la ciudadanía; en algunos casos son meros títeres.
Otro fracaso ha sido el de la restricción de armas. Estados Unidos es un país en el que la Constitución a través de su segunda enmienda garantiza el derecho a portar armas. Por lo tanto, se trata de una norma para los cincuenta estados que deja poco margen a la legislación.
A lo largo de los últimos años el país ha asistido a masacres que han sido facilitadas por la extrema sencillez para acceder a un arma. Casos como el de la masacre del instituto Columbine con 15 muertos u otras más recientes como el atentado en el local gay de Orlando o la masacre de Aurora en 2012. Raro es el año en el que no acontece algún suceso de esta índole.
A pesar de los intentos de Obama de restringir el acceso a las armas se ha encontrado con el bloqueo del Congreso y, en especial, del Partido Republicano que es financiado, entre otros, por el lobby de las armas, la Asociación Nacional del Rifle.
La política económica de Barack Obama puede considerarse keynesiana teniendo en cuenta las características de la economía y sociedad americanas.
A pesar de ver incrementado el gasto social con diversas medidas destinadas a estimular la economía y a paliar mínimamente las enormes desigualdades, el déficit no ha parado de descender desde el terrible año de 2009.
fuente: Expansión
Una vez más, se pone en tela de juicio la falacia liberal por la cual se teoriza acerca de la pasividad que debe mantener el estado en la economía.
El otro gran caballo de batalla para Estados Unidos ha sido la política exterior y la, íntimamente relacionada cuando hablamos de este país, la militar.
En este caso, hemos asistido a fracasos como el incumplimiento de la promesa de cerrar el centro de detención y torturas de Guantánamo también con el freno del Congreso.
Obama cerró la intervención americana de Irak dejando tras de sí una terrible
inestabilidad, caldo de cultivo para los nuevos movimientos terroristas.
Otros focos, como Siria o Libia, han sufrido intervenciones de Estados Unidos. Estamos ante dictadores (Gadafi, al assad...) que acceden al poder gracias al apoyo Occidente liderada por Estados Unidos hasta que dejan de ser meros títeres de sus intereses. En ese momento, no se duda en intervenir aun a costa de dejar países desolados como el propio Irak.
El Imperialismo que ha practicado Estados Unidos no se ha basado nunca en la adhesión de nuevos territorios sino en el control político-económico a través de dictaduras títeres que favorecen a sus intereses sin importar la represión y el sufrimiento que ocasionan en su población.
Quizás su mayor éxito en el exterior ha sido la apertura del dialogo con Cuba y el anuncio del fin del bloqueo de la isla que dura desde 1960 en plena Guerra Fría con la URSS.
En lo que respecta al cambio climático, la administración de Obama se ha mostrado mucho más sensible a esta cuestión que su antecesor republicano pero, como ha sido tónica en su última etapa, se ha visto bloqueado por la mayoría republicana.
Muchas de las medidas estrella de Obama, como hemos visto, han sido frenadas en seco por una oposición que ostenta mayoría en el congreso. Esto no ha sido siempre así y se puede achacar a Obama que solo ha presentado sus medidas más atrevidas cuando ya no podían ser aprobadas. No deja de ser cierto pero también hay que recalcar que los presidentes americanos tienden a lanzar sus apuestas más arriesgadas en sus segundos mandatos ya que tienen la imposibilidad de presentarse a una tercera legislatura y no tienen nada que perder a nivel personal.
El presidente sting (aguijón, como le gusta que le llamen) deja luces y sombras. Un tipo con una oratoria magnifica y muy carismático que ha roto muchos prejuicios en el país y ha supuesto un simbólico avance en la lucha por la igualdad racial en un país en el que, a menudo, vemos muertes de negros causadas por prejuicios raciales.
Una política económica opuesta a la que se ha llevado en estos lares en los últimos años que le ha servido al país para salir de su crisis pero en cuestiones de legado, de trascendencia política, las medidas estrella del presidente no se han llevado a cabo o lo han hecho solo a medias (como la reforma sanitaria).
Veremos si el país elige ahora a su primera mujer como Presidenta o bien tira hacia un candidato no solo de extrema derecha, sino al que parece faltarle algún que otro tornillo como a Donald Trump pero, al mismo tiempo, tremendamente populista lo que le ha granjeado grandes apoyos de las clases medias a sus medidas xenófobas.
El futuro lo dirá...
miércoles, 20 de julio de 2016
BUTACA VACÍA: ELECTION: LA NOCHE DE LAS BESTIAS
Election: la noche de las bestias es la tercera película de la, de momento, trilogía de La Purga dirigida por James de Monaco.
La saga nos sitúa en un cercano y distópico futuro en el que, tras una gran crisis económica, surge un grupo denominado Nuevos Padres Fundadores en clara referencia a los originales Padres Fundadores que lideraron la independencia de las trece colonias de Gran Bretaña y la posterior fundación de los Estados Unidos de América.
Una de las medidas que este grupo propone para regenerar la economía es la organización de una purga anual en la que todos los delitos estarán permitidos, incluido los asesinatos que es en el que más se centra la saga.
Solo existen dos reglas: los funcionarios de clase 10 o superior quedan protegidos (que listos) y las armas de destrucción masivas están prohibidas.
Viendo la actualidad de Estados Unidos y a personajes como Donald Trump con opciones de alcanzar la Casa Blanca puede que se vuelva a hacer buena la expresión "la realidad supera a la ficción".
Este argumento se inspira en algunos hechos e ideologías que han existido a lo largo de la Historia pero en plan muy bestia.
Por ejemplo, en el malthusianismo cuyo ideólogo fue el clérigo inglés Thomas Malthus que ya alertaba del crecimiento poblacional como un peligro para la economía y, entre las muchas medidas para aliviar dicho crecimiento, entre otras veía con buenos ojos las guerras e incluso valoraba las epidemias como un elemento corregidor.
También podemos ver similitudes con la antigua costumbre persa, a la que hacía referencia el Manifiesto de los persas que preparaba el terreno al rey Fernando VII, por la cual se dejaba cinco días de anarquía a la muerte de un monarca para que el pueblo comprobase la necesidad de esta institución.
Por lo tanto, tendríamos un fundamento económico: la eliminación de las clases bajas (más expuestas a una noche así por no poder costearse su propia seguridad) y, por lo tanto, el ahorro en políticas sociales; junto a las ventas que traería de armamento y el disparo en los precios de las aseguradoras.
También el fundamento ideológico de la necesidad de un gobierno fuerte que frene los delitos el resto del año.
Estamos ante una saga que invita a la reflexión sobre la condición humana. Nos pone frente a nosotros un festival carnavalesco de sangre en el que cualquier persona parece una psicópata potencial.
Asimismo, se tratan como esas "pequeñas cosas" del día a día, las rencillas, desembocan en un sentimiento de envidia y odio que puede acabar en un asesinato "legal".
Esto tampoco es nuevo en la Historia. En las sociedades del Antiguo Régimen existía una institución llamada Inquisición que promovía las denuncias anónimas con lo que muchos vecinos podían dar rienda suelta contra el que les hacía la competencia, les robaba cuota de mercado o, simplemente, les miraba mal.
En esta entrega, tenemos un argumento mucho más politizado que en las anteriores por el cual una senadora y candidata a la presidencia de Estados Unidos, interpretada por Lena Headey, hace campaña por la abolición de la Purga. En la noche de la Purga se verá abocada a una carrera por la supervivencia junto a su jefe de seguridad, tras haber planificado el lobby armamentístico junto al partido de los Nuevos Padres Fundadores y su propio rival en las urnas, su asesinato. Para ello, han deshabilitado la protección especial para altos dirigentes que mencionaba con anterioridad.
De la película podemos destacar su gran teatralidad con un vestuario muy elaborado, unos efectos de sonido que atenazan al espectador y lo meten en esa atmósfera.
Eso no evita que la película caiga en una serie de clichés muy habituales en los thrillers. Los personajes se mueven en el maniqueísmo (buenos muy buenos y malos muy malos) y esos "malos de la película" tienden a dilatar las cosas en exceso (y ahí lo dejo porque no quiero spoilear más de la cuenta).
También me deja muchas dudas sobre la presunta "viabilidad" económica de esta medida. ¿Compensa el ahorro en prestaciones sociales con los enormes costes de reconstruir el país? ¿Qué pasa con el patrimonio histórico-cultural? ¿No está protegido? Por supuesto, hay que entender que es una obra de ficción con lo que ello conlleva.
Aun así, la película funciona muy bien y consigue mantener al espectador en tensión con esa sensación amarga e inquietante por imaginarse esta distopía en la realidad y si el extremo individualismo y la competitividad que asola nuestra sociedad pudiera desembocar en todo esto.
Valoración: 4/5
martes, 28 de junio de 2016
EL VIRUS SONDEO ATACA DE NUEVO
Unas elecciones que se presentaban con altas expectativas para los partidos del bloque de la izquierda con una fuerte subida de Unidos Podemos que prometía acabar con los efectos de la ley del señor D´Hont que castiga a las pequeñas formaciones por su dispersión en el voto.
La realidad es que ni se sumó en votos ni se consiguió multiplicar los escaños, por lo que Podemos e IU se han quedado con los mismos 71 diputados con los que partían y con 1,2 millones de votos menos.
Gente que no se ha visto identificada con la confluencia y a la que tampoco ha ilusionado la perspectiva de hacer el "esfuerzo" de acudir por segunda vez a las urnas en seis meses.
Ninguno de los sondeos, que anunciaban a bombo y platillo la posibilidad de que Unidos Podemos sobrepasara al PSOE e incluso le discutiera al PP el primer puesto, acertó.
Habrá que plantearse la cuestión de las encuestas ya que, últimamente, no dan una y solo sirven para confundir a la población y generar expectativas falsas.
resultados del 26J |
Pero la verdadera sangría de votos la han sufrido PSOE y Ciudadanos. El primero se ha dejado otros cinco diputados mientras que el partido naranja ha perdido ocho quedándose en 32. Empieza a parecerse a UCD pero sin haber llegado a tener un despegue siquiera antes de su caída.
La participación ha sido fundamental en estos resultados. Se ha producido un descenso de unos cuatro puntos. A priori, cualquiera podría haber firmado esta participación en unos comicios repetidos pero, según parece, solo ha bajado la participación de los partidos emergentes mientras que la militancia del PP ha acudido en procesión a votar fustigados por el látigo de la doctrina del miedo.
Partidos como Ciudadanos o el propio PP han empleado el miedo como estrategia electoral para movilizar a su electorado. El PP lo ha hecho muy bien porque ha transmitido ese mensaje apocalíptico combinado con su llamamiento al "voto útil" por lo que, con su viaje a Venezuela, Albert Rivera comenzó a cavar su propia tumba.
En cuanto al PSOE, parece ser que están satisfechos con empeorar su peor resultado de toda su historia. Enfocó la campaña en atacar a Podemos mientras los primeros le tendían la mano; decisión estratégica la de Podemos para aislar a su contendiente y retratarlo de cara a su electorado. El PSOE se equivocó ya que no planteó una campaña de propuestas y de generar ilusión sino de, únicamente, culpabilizar a Podemos de no adherirse a un pacto que no suprimía la LOMCE, la ley mordaza y la reforma laboral.
Aun así se han mantenido por el clientelismo político de algunos territorios y el caciquismo en zonas rurales de este país.
La corrupción merece una reflexión aparte. Resulta una obviedad señalar que en España no solo no se ha castigado la corrupción sino que incluso se ha premiado al partido más corrupto de este país. Un partido imputado, con la obligación de depositar una fianza para no ser embargado, que destruye pruebas y con un ministro de interior que emplea las instituciones para perseguir a sus rivales políticos cual Richard Nixon no ha visto afectado su target de votantes, todo lo contrario. De hecho, ha dado la impresión de que con un par de escándalos más hubieran conseguido la mayoría absoluta.
Ahora se abre un escenario de pactos como el que ya vimos tras el 20D. Parece claro que el PP lo tiene más sencillo para formar gobierno y ya hay fórmulas que suman con el PNV. Incluso parece que el PSOE pudiera facilitar el gobierno de Rajoy.
Una opción sería la reedición del pacto PSOE-Ciudadanos, ahora sí apoyado por Podemos ante la perspectiva de otro gobierno del PP. Hay que decir que los electores de PSOE y Ciudadanos han manifestado en las urnas que ese pacto no ha sido de su agrado.
Una tercera opción sería el pacto del PSOE con Podemos (solo suman cinco escaños menos) con el apoyo de partidos nacionalistas a cambio solamente de evitar a Rajoy en el poder. Esta última opción es fantasiosa toda vez que a los partidos nacionalistas los alimentan de votos el Partido Popular.
celebración del PP |
¿Os acordáis de cuándo no comprendíamos por qué los italianos seguían votando a Berlusconi?
"En España el mérito no se premia. Se premia el robar y el ser sinvergüenza. En España se premia todo lo malo"
"Luces de Bohemia"; Ramón del Valle-Inclán (1869-1936)
viernes, 24 de junio de 2016
GOODBYE EUROPE
Con un 72% de participación, el Reino Unido ha dicho adiós a la Unión Europea con un 51,9% de los votos; más de 1,3 millones de votos de ventaja al proyecto europeo.
Los resultados han sido sorprendentes toda vez que los sondeos previos indicaban una ligera pero afianzada ventaja de la permanencia en la UE pero la realidad de los resultados ha vuelto a dar un varapalo a las empresas metroscópicas.
Realmente, Gran Bretaña siempre ha sido un país con una relación individualizada muy especial con la Unión Europea.
La principal política común de la Unión Europea es la monetaria. Gran Bretaña no quiso entrar en su día en la moneda común y siempre mantuvo sus propias políticas sin entrar en los vaivenes de la UE.
Esa suerte de privilegios mantuvo a Gran Bretaña en la Unión Europea ya que existía una relación recíproca de interés económico. A la UE le interesaba mantener a la quinta potencia económica mundial en su mercado y a Gran Bretaña le interesaba mantener las relaciones comerciales con la UE.
Matrimonio de conveniencia pero la realidad es que los británicos nunca se han sentido muy europeos, de hecho, ellos han mantenido su propia unión: la commonwealth, formada por hasta 53 países de los cinco continentes entre los que podemos nombrar Canadá, Australia, Reino Unido, Malasia, India o Pakistán entre otros.
Una de las cuestiones encima de la mesa, a partir de ahora, será el encaje del Reino Unido en el mercado común. Muchos partidarios del Brexit entienden que la salida de la Unión no significa renunciar al mercado común.
Es decir, que el cambio, a lo mejor, no es tan profundo como pueda parecer. El Reino Unido puede seguir dentro sin estarlo; vamos, como hasta ahora.
A los británicos les puede interesar económicamente mantenerse en el mercado común pero no les interesa algunos aspectos que ello implicaría como la libre circulación de personas.
Como he señalado, el matrimonio UE y Gran Bretaña siempre ha sido de conveniencia, pero de conveniencia sobre todo para GB ya que ellos siempre se han adherido a los aspectos que les ha interesado y han defenestrado lo que no les gustaba como renunciar a su fuerte moneda, la libra, en favor del euro.
De hecho, si GB hubiera seguido en la UE, las condiciones le hubieran sido tan favorables que apenas podríamos ya hablar de un país miembro. Se llegaron a acuerdos de restricciones en la libre circulación de personas, de limitaciones en prestaciones a inmigrantes europeos o el compromiso de que nunca se buscaría una unión más estrecha.
Por lo tanto, esto se puede seguir articulando mediante acuerdos bilaterales o tratados estilo TTIP para mantener un cierto estatus económico.
Economía, economía y economía. Hasta ahora solo hemos hablado de este aspecto, la campaña del brexit a nivel externo se ha hecho en clave económica.
Eso pone de manifiesto la realidad de la UE. La UE no es una unión política, es una mera unión de intereses económicos (aduaneros), desde sus inicios como Comunidad Europea, sin apenas articulación política y con una baja calidad democrática que se pone de manifiesto en cuestiones como las negociaciones secretas del TTIP que pueden poner en peligro los servicios públicos, las leyes de medio ambiente y nuestros derechos laborales entre otras cuestiones.
Ojalá el futuro de la UE pase por una unión de pueblos, democrática y no solo de macro-economías. Una unión que mire por los ciudadanos y no por los intereses de las multinacionales. Ojalá esto les sirva a los dirigentes de la UE para darse cuenta del escaso sentimiento europeo despertado en los distintos países de la unión. Y Gran Bretaña puede no ser un caso aislado. No es casualidad que al abrigo de la crisis hayan surgido muchos grupos de euro-escépticos y en países como Francia (Frente Nacional), Alemania o Polonia entre otros.
La Europa que han construido nuestros dirigentes no ilusiona, no integra. No es una Europa solidaria sino una Europa de los recortes, del abandono a los refugiados, y de abandono incluso a sus propios miembros. Algún día tenía que empezar a estallar esto.
Si no saben leer esto, lo de Gran Bretaña solo será el principio del fin de la Unión.
Respecto a Gran Bretaña, me queda la duda de qué pasará con algunas de sus naciones. ¿Qué ocurrirá con Escocia que ha votado mayoritariamente a favor de la continuidad? ¿Pueden volver los tambores independentistas con más fuerza que nunca? ¿Y Gibraltar con un 96% de votos a favor de la UE? ¿Recuperaremos por fin el peñón?
Pero lo más grave es lo que puede ocurrir con los europeos que están trabajando allí. Hay cientos de miles de españoles allí y los derechos de éstos no están nada claros. Y parece que los ciudadanos de la UE van a perder el derecho a ir a trabajar a Gran Bretaña. Todo esto dependerá de los acuerdos bilaterales que se alcancen a partir de ahora.
Por último podríamos hablar de España. Partidos como Podemos han estado alertando de las consecuencias del Brexit aunque muy tímidamente y sin demasiada insistencia.
Otros partidos ni han hablado de esta cuestión, otros han preferido centrar su campaña en Venezuela mientras la cuestión internacional que nos afectaba la teníamos bastante más cerca. Creo que deja en evidencia el populismo de los partidos tradicionales y de alguno nuevo que se presentaba como nueva política. También del interés que despiertan sus ciudadanos y los españoles en el extranjero.
En el debate a cuatro no recuerdo ni un segundo dedicado al Brexit.
Así nos luce el pelo.
Churchill nos dejó entre sus frases célebres ésta: "un optimista ve una oportunidad entre toda calamidad, un pésimista ve una calamidad en toda oportunidad" Vamos a ver todo esto como una oportunidad de construir una nueva Europa no de criterios económicos sino de criterios sociales. Una unión de personas, no de mercados y una unión democrática y no de tratados secretos.
retrato de Churchil mirando a una televisión que informa del Brexit. Fuente: público |
Realmente, Gran Bretaña siempre ha sido un país con una relación individualizada muy especial con la Unión Europea.
La principal política común de la Unión Europea es la monetaria. Gran Bretaña no quiso entrar en su día en la moneda común y siempre mantuvo sus propias políticas sin entrar en los vaivenes de la UE.
Esa suerte de privilegios mantuvo a Gran Bretaña en la Unión Europea ya que existía una relación recíproca de interés económico. A la UE le interesaba mantener a la quinta potencia económica mundial en su mercado y a Gran Bretaña le interesaba mantener las relaciones comerciales con la UE.
Matrimonio de conveniencia pero la realidad es que los británicos nunca se han sentido muy europeos, de hecho, ellos han mantenido su propia unión: la commonwealth, formada por hasta 53 países de los cinco continentes entre los que podemos nombrar Canadá, Australia, Reino Unido, Malasia, India o Pakistán entre otros.
Una de las cuestiones encima de la mesa, a partir de ahora, será el encaje del Reino Unido en el mercado común. Muchos partidarios del Brexit entienden que la salida de la Unión no significa renunciar al mercado común.
Es decir, que el cambio, a lo mejor, no es tan profundo como pueda parecer. El Reino Unido puede seguir dentro sin estarlo; vamos, como hasta ahora.
A los británicos les puede interesar económicamente mantenerse en el mercado común pero no les interesa algunos aspectos que ello implicaría como la libre circulación de personas.
Como he señalado, el matrimonio UE y Gran Bretaña siempre ha sido de conveniencia, pero de conveniencia sobre todo para GB ya que ellos siempre se han adherido a los aspectos que les ha interesado y han defenestrado lo que no les gustaba como renunciar a su fuerte moneda, la libra, en favor del euro.
De hecho, si GB hubiera seguido en la UE, las condiciones le hubieran sido tan favorables que apenas podríamos ya hablar de un país miembro. Se llegaron a acuerdos de restricciones en la libre circulación de personas, de limitaciones en prestaciones a inmigrantes europeos o el compromiso de que nunca se buscaría una unión más estrecha.
Por lo tanto, esto se puede seguir articulando mediante acuerdos bilaterales o tratados estilo TTIP para mantener un cierto estatus económico.
Economía, economía y economía. Hasta ahora solo hemos hablado de este aspecto, la campaña del brexit a nivel externo se ha hecho en clave económica.
Eso pone de manifiesto la realidad de la UE. La UE no es una unión política, es una mera unión de intereses económicos (aduaneros), desde sus inicios como Comunidad Europea, sin apenas articulación política y con una baja calidad democrática que se pone de manifiesto en cuestiones como las negociaciones secretas del TTIP que pueden poner en peligro los servicios públicos, las leyes de medio ambiente y nuestros derechos laborales entre otras cuestiones.
Ojalá el futuro de la UE pase por una unión de pueblos, democrática y no solo de macro-economías. Una unión que mire por los ciudadanos y no por los intereses de las multinacionales. Ojalá esto les sirva a los dirigentes de la UE para darse cuenta del escaso sentimiento europeo despertado en los distintos países de la unión. Y Gran Bretaña puede no ser un caso aislado. No es casualidad que al abrigo de la crisis hayan surgido muchos grupos de euro-escépticos y en países como Francia (Frente Nacional), Alemania o Polonia entre otros.
La Europa que han construido nuestros dirigentes no ilusiona, no integra. No es una Europa solidaria sino una Europa de los recortes, del abandono a los refugiados, y de abandono incluso a sus propios miembros. Algún día tenía que empezar a estallar esto.
Si no saben leer esto, lo de Gran Bretaña solo será el principio del fin de la Unión.
Respecto a Gran Bretaña, me queda la duda de qué pasará con algunas de sus naciones. ¿Qué ocurrirá con Escocia que ha votado mayoritariamente a favor de la continuidad? ¿Pueden volver los tambores independentistas con más fuerza que nunca? ¿Y Gibraltar con un 96% de votos a favor de la UE? ¿Recuperaremos por fin el peñón?
Pero lo más grave es lo que puede ocurrir con los europeos que están trabajando allí. Hay cientos de miles de españoles allí y los derechos de éstos no están nada claros. Y parece que los ciudadanos de la UE van a perder el derecho a ir a trabajar a Gran Bretaña. Todo esto dependerá de los acuerdos bilaterales que se alcancen a partir de ahora.
Por último podríamos hablar de España. Partidos como Podemos han estado alertando de las consecuencias del Brexit aunque muy tímidamente y sin demasiada insistencia.
Otros partidos ni han hablado de esta cuestión, otros han preferido centrar su campaña en Venezuela mientras la cuestión internacional que nos afectaba la teníamos bastante más cerca. Creo que deja en evidencia el populismo de los partidos tradicionales y de alguno nuevo que se presentaba como nueva política. También del interés que despiertan sus ciudadanos y los españoles en el extranjero.
En el debate a cuatro no recuerdo ni un segundo dedicado al Brexit.
Así nos luce el pelo.
Churchill nos dejó entre sus frases célebres ésta: "un optimista ve una oportunidad entre toda calamidad, un pésimista ve una calamidad en toda oportunidad" Vamos a ver todo esto como una oportunidad de construir una nueva Europa no de criterios económicos sino de criterios sociales. Una unión de personas, no de mercados y una unión democrática y no de tratados secretos.
jueves, 9 de junio de 2016
26J O COMO VENDER LA MISMA MOTO CON DISTINTO COLOR
El próximo día 26 de junio en pleno verano y con mucha gente en la playa se celebrarán unas nuevas elecciones en España (y van...).
En esta pre-campaña ya podemos comprobar los temas que van a ocupar la campaña electoral.
Uno de los temas centrales es la construcción del relato de los culpables de que haya elecciones.
Ya, desde las negociaciones, creo que asistimos a un paripé de los partidos políticos por hacer ver a la población que todos estaban abiertos a ceder en sus pretensiones y programas con tal de alcanzar un acuerdo de gobierno con fuerzas distintas.
Así, el PP se mostró abierto a la negociación cuando en realidad no negociaba con nadie y cuando nunca estuvo dispuesto a renunciar a la presidencia ni a su presidente.
Ciudadanos cambió de la noche a la mañana su discurso de campaña para ofrecerse como el garante de la estabilidad y como el mediador para un pacto de gran coalición en el que el partido de Rivera no servía para nada ya que, en caso de pacto entre PP y PSOE, la formación naranja era completamente innecesaria numéricamente para alcanzar la mayoría absoluta. Muy pronto abandonaron sus "prejuicios" sobre la corrupción y el bipartidismo pero arrastraron al PSOE a un pacto reaccionario que nunca seguiría la izquierda de la cámara y menos aun los nacionalismos.
Podemos dejó claro desde el inicio sus preferencias. Claramente se desentendieron de pactos de grandes coaliciones y se ofrecieron al PSOE. Cierto es que el mensaje no se transmitió de forma brillante ya que se dio pie a pensar que lo más importante eran los puestos en el gobierno a las políticas.
El PSOE puede ser considerado, junto con el PP, el gran culpable. Su empecinamiento de pactar con Rivera y en gobernar solos un país sin haber sido la fuerza más votada y con apenas 90 diputados sería inexplicable si no sospecháramos de las presiones recibidas por los poderes en la sombra. El pacto con Ciudadanos no servía para derogar las políticas revolucionario-conservadoras del Partido Popular: reforma laboral, LOMCE, ley mordaza...
Pero lo más incomprensible fue la idea que transmitieron de que un pacto con Podemos no sumaba. El acuerdo con Ciudadanos sumaba 130 diputados y con Podemos obtenían 161. ¿Nos hemos perdido alguna clase de matemáticas?
El PSOE lo tenía bastante más fácil de lo que parecía. Una vez fracasado el acuerdo con Ciudadanos, lo debería haber intentado con Podemos y, de esta manera, podían haber lanzado el discurso de que han intentado formar gobierno de todas las formas posibles y que la causa del fracaso era la intransigencia del resto de partidos.
Ahora no es de extrañar la desazón en muchos votantes socialistas que no dan crédito a la derechización del partido tan acentuada desde los últimos tiempos y tan promovida desde Andalucía.
En cualquier caso, estas elecciones se presentan como un déjà vú en muchos aspectos como la repetición de programas y listas electorales. A partidos como a Podemos les ha convenido promulgar la idea de "repetición de elecciones" para no tener que organizar unas incómodas primarias internas que podían arrojar problemáticas internas o resultados inciertos. En Ciudadanos más de lo mismo.
La realidad es que hay cambios bastante profundos. Uno de ellos es la confluencia de Podemos junto a Izquierda Unida que puede ayudar a paliar el efecto de la Ley D´Hont. Nos referimos a la ley electoral que castiga a formaciones como Izquierda Unida a ver como, por ejemplo, los votos obtenidos fuera de Madrid van casi literalmente a la basura por no alcanzar los mínimos para la obtención de diputados.
Pero el cambio más notorio en el discurso es el hecho de que ahora todos van a pactar con todos. En las anteriores elecciones molaba decir que el objetivo era la mayoría absoluta (sabiéndolo imposible). Ahora, sin gobierno, lo que está de moda es mostrar una actitud abierta a probar nuevos "sabores políticos".
Otro cambio es la irrupción exagerada de Venezuela en la campaña. Parece ser que a algunos políticos les preocupa mucho el cumplimiento de los derechos humanos y de las normas democráticas en algunos países solamente. Ya no se habla de refugiados, no se habla de Arabia Saudí ni de Marruecos ni de otros países en los que los derechos humanos brillan por su ausencia.
La instrumentalización de Venezuela resulta insultante para mucha gente. Se destacan problemas de los que no está exenta España: aquí hay gente que no tiene con que llenar sus neveras, hay desahucios, existe una ley mordaza...
No estoy diciendo que España sea como Venezuela, solo que España tiene problemas de suficiente entidad que algunas formaciones no quieren tocas bien por falta de propuestas o porque consideran que sus propuestas no van a resultar del agrado de las personas.
Resulta más fácil hacer la campaña desde Venezuela con el fin de difamar a algunas formaciones que ya han mostrado su distanciamiento con aquél gobierno antes que hablar de soluciones para los problemas de la gente en España.
Lo que no cambia es la corrupción, especialmente en el PP. Hemos visto como día tras día salen casos de corrupción (lo último eran los papeles de Panamá con Soria o Cañete implicados) que afectan a dirigentes del partido conservador y como las encuestas no castigan a los populares. A veces da la sensación de que Rajoy podría irrumpir en una plaza pública con una metralleta masacrando personas y no bajaría su porcentaje de voto.
Esto me lleva a abrir una pequeña reflexión acerca del voto cautivo y de la poca madurez democrática para no castigar con contundencia la corrupción que es un ataque a la democracia y una traición a tu patria por no cumplir las obligaciones fiscales.
Parece que nos tragamos la corrupción como algo cotidiano, algo impensable en países europeos de nuestro entorno. Un partido como el PP, que está imputado como organización, no tendría nada que hacer en unas elecciones en países como Alemania.
Y creo que no hay excusa, hay suficientes alternativas en la derecha (VOX, Ciudadanos) como para plantearse un cambio en el voto. Votar al PP es votar a Vito Corleone esperando que vaya a acabar con la mafia. Y esto reconociendo que los otros partidos pueden tener sus problemas y contradicciones pero, en ningún caso, al nivel del PP. El único caso comparable es el del PSOE andaluz que tampoco resulta castigado en las urnas.
En definitiva, se nos presenta una campaña todavía más polarizada que creo que no será positiva para incentivar el voto de un pueblo hastiado de vieja política y que ve como sus problemas pasan a un segundo plano por parte de los políticos.
Ya lo hemos visto en el último debate de los candidatos de Podemos y Ciudadanos en el que el tono fue muy visceral, en algunos casos rayando el insulto.
Veremos que dictan las urnas el 26J y si este país puede aspirar a vivir en la pluralidad política como algo que fortalece a la democracia y no que la penaliza.
En esta pre-campaña ya podemos comprobar los temas que van a ocupar la campaña electoral.
Uno de los temas centrales es la construcción del relato de los culpables de que haya elecciones.
Ya, desde las negociaciones, creo que asistimos a un paripé de los partidos políticos por hacer ver a la población que todos estaban abiertos a ceder en sus pretensiones y programas con tal de alcanzar un acuerdo de gobierno con fuerzas distintas.
Así, el PP se mostró abierto a la negociación cuando en realidad no negociaba con nadie y cuando nunca estuvo dispuesto a renunciar a la presidencia ni a su presidente.
Ciudadanos cambió de la noche a la mañana su discurso de campaña para ofrecerse como el garante de la estabilidad y como el mediador para un pacto de gran coalición en el que el partido de Rivera no servía para nada ya que, en caso de pacto entre PP y PSOE, la formación naranja era completamente innecesaria numéricamente para alcanzar la mayoría absoluta. Muy pronto abandonaron sus "prejuicios" sobre la corrupción y el bipartidismo pero arrastraron al PSOE a un pacto reaccionario que nunca seguiría la izquierda de la cámara y menos aun los nacionalismos.
Podemos dejó claro desde el inicio sus preferencias. Claramente se desentendieron de pactos de grandes coaliciones y se ofrecieron al PSOE. Cierto es que el mensaje no se transmitió de forma brillante ya que se dio pie a pensar que lo más importante eran los puestos en el gobierno a las políticas.
El PSOE puede ser considerado, junto con el PP, el gran culpable. Su empecinamiento de pactar con Rivera y en gobernar solos un país sin haber sido la fuerza más votada y con apenas 90 diputados sería inexplicable si no sospecháramos de las presiones recibidas por los poderes en la sombra. El pacto con Ciudadanos no servía para derogar las políticas revolucionario-conservadoras del Partido Popular: reforma laboral, LOMCE, ley mordaza...
Pero lo más incomprensible fue la idea que transmitieron de que un pacto con Podemos no sumaba. El acuerdo con Ciudadanos sumaba 130 diputados y con Podemos obtenían 161. ¿Nos hemos perdido alguna clase de matemáticas?
El PSOE lo tenía bastante más fácil de lo que parecía. Una vez fracasado el acuerdo con Ciudadanos, lo debería haber intentado con Podemos y, de esta manera, podían haber lanzado el discurso de que han intentado formar gobierno de todas las formas posibles y que la causa del fracaso era la intransigencia del resto de partidos.
Ahora no es de extrañar la desazón en muchos votantes socialistas que no dan crédito a la derechización del partido tan acentuada desde los últimos tiempos y tan promovida desde Andalucía.
En cualquier caso, estas elecciones se presentan como un déjà vú en muchos aspectos como la repetición de programas y listas electorales. A partidos como a Podemos les ha convenido promulgar la idea de "repetición de elecciones" para no tener que organizar unas incómodas primarias internas que podían arrojar problemáticas internas o resultados inciertos. En Ciudadanos más de lo mismo.
La realidad es que hay cambios bastante profundos. Uno de ellos es la confluencia de Podemos junto a Izquierda Unida que puede ayudar a paliar el efecto de la Ley D´Hont. Nos referimos a la ley electoral que castiga a formaciones como Izquierda Unida a ver como, por ejemplo, los votos obtenidos fuera de Madrid van casi literalmente a la basura por no alcanzar los mínimos para la obtención de diputados.
Pero el cambio más notorio en el discurso es el hecho de que ahora todos van a pactar con todos. En las anteriores elecciones molaba decir que el objetivo era la mayoría absoluta (sabiéndolo imposible). Ahora, sin gobierno, lo que está de moda es mostrar una actitud abierta a probar nuevos "sabores políticos".
Otro cambio es la irrupción exagerada de Venezuela en la campaña. Parece ser que a algunos políticos les preocupa mucho el cumplimiento de los derechos humanos y de las normas democráticas en algunos países solamente. Ya no se habla de refugiados, no se habla de Arabia Saudí ni de Marruecos ni de otros países en los que los derechos humanos brillan por su ausencia.
La instrumentalización de Venezuela resulta insultante para mucha gente. Se destacan problemas de los que no está exenta España: aquí hay gente que no tiene con que llenar sus neveras, hay desahucios, existe una ley mordaza...
No estoy diciendo que España sea como Venezuela, solo que España tiene problemas de suficiente entidad que algunas formaciones no quieren tocas bien por falta de propuestas o porque consideran que sus propuestas no van a resultar del agrado de las personas.
Resulta más fácil hacer la campaña desde Venezuela con el fin de difamar a algunas formaciones que ya han mostrado su distanciamiento con aquél gobierno antes que hablar de soluciones para los problemas de la gente en España.
Lo que no cambia es la corrupción, especialmente en el PP. Hemos visto como día tras día salen casos de corrupción (lo último eran los papeles de Panamá con Soria o Cañete implicados) que afectan a dirigentes del partido conservador y como las encuestas no castigan a los populares. A veces da la sensación de que Rajoy podría irrumpir en una plaza pública con una metralleta masacrando personas y no bajaría su porcentaje de voto.
Esto me lleva a abrir una pequeña reflexión acerca del voto cautivo y de la poca madurez democrática para no castigar con contundencia la corrupción que es un ataque a la democracia y una traición a tu patria por no cumplir las obligaciones fiscales.
Parece que nos tragamos la corrupción como algo cotidiano, algo impensable en países europeos de nuestro entorno. Un partido como el PP, que está imputado como organización, no tendría nada que hacer en unas elecciones en países como Alemania.
Y creo que no hay excusa, hay suficientes alternativas en la derecha (VOX, Ciudadanos) como para plantearse un cambio en el voto. Votar al PP es votar a Vito Corleone esperando que vaya a acabar con la mafia. Y esto reconociendo que los otros partidos pueden tener sus problemas y contradicciones pero, en ningún caso, al nivel del PP. El único caso comparable es el del PSOE andaluz que tampoco resulta castigado en las urnas.
En definitiva, se nos presenta una campaña todavía más polarizada que creo que no será positiva para incentivar el voto de un pueblo hastiado de vieja política y que ve como sus problemas pasan a un segundo plano por parte de los políticos.
Ya lo hemos visto en el último debate de los candidatos de Podemos y Ciudadanos en el que el tono fue muy visceral, en algunos casos rayando el insulto.
miércoles, 20 de abril de 2016
GOL DE SALVADOS A LA CENSURA
El pasado domingo pudimos ver en Salvados al que fuera líder de la izquierda abertzale y militante de ETA, Arnaldo Otegui, que ha salido hace escasas fechas de prisión por enaltecimiento del terrorismo y por intentar reconstruir a la ilegalizada Batasuna.
La entrevista del pasado domingo es la segunda que concede tras hablar con el New York Times.
Las distintas presiones que ha recibido el periodista Jordi Évole para la no emisión de la entrevista han sido públicas y notorias y van desde los insultos hasta las amenazas de muerte. La mayoría, se vertieron antes siquiera de que el programa fuera emitido.
Esto nos da muestras de la falta de salud democrática en sectores amplios de la población que buscan censurar una entrevista que, creo, era de interés general para muchos españoles y de un claro interés periodístico al margen del rechazo social que pueda causar el personaje.
Afortunadamente, la dirección del programa y el canal no cedieron a los chantajes y decidieron seguir adelante con la emisión.
El que haya visto el programa, ha podido darse cuenta que se ha tenido muy en cuenta a las víctimas del terrorismo. De hecho, el mismo entrevistado se quejaba de la omnipresencia de ETA en toda la entrevista.
A nivel general, resulta descorazonador ver como le cuesta tanto cambiar el discurso a Arnaldo Otegui y condenar el sinsentido del terrorismo etarra. Tras más de seis años en prisión y después de que la banda anunciara el final de su actividad armada, se podía esperar que, con la perspectiva del tiempo y del contexto actual, un discurso más fuerte de condena al terrorismo etarra que generó cerca de mil muertos en nuestro país.
Quizás los mejores momentos fueron las intervenciones de las hijas de Fernando Buesa y José Luis López de Lacalle a las que tuvo que responder el lider abertzale. "Claro que algo se conmovió con cada asesinato, con cada víctima en un lado y en el otro" comentaba Otegui ante el desgarrador testimonio de Sara Buesa que recordaba como Otegui le regaló un mechero a su padre fechas previas a su asesinato.
El programa hizo un recorrido por los atentados más impactantes de la historia reciente de la banda.
De esta forma, se habló tanto del atentado de Hipercor, como el de la Casa Cuartel de Zaragoza o el secuestro y asesinato a sangre fría del concejal de Ermua Miguel Ángel Blanco.
Évole consiguió sacarle algunas pequeñas confesiones a Otegui como el hecho de que intentó mover hilos para evitar el asesinato del concejal aunque, por supuesto, todo esto sonaba a auto-justificación con la boca pequeña porque, en su día, no fueron capaces de condenar estos actos y, aun hoy, se resisten a ello.
Las otras declaraciones polémicas de Otegui se refieren al hecho de que parte del Estado "está deseando que ETA vuelva". Esto puede sonar tremendamente fuerte pero la realidad de la política actual me hace pensar que algo de cierto hay en estas declaraciones.
No tenemos más que comprobar como ETA sigue muy presente en el discurso político a pesar de que ya no sea uno de los problemas que más preocupa a los españoles según el CIS, ocupando una posición muy marginal respecto a las épocas en las que se sucedían los atentados. Sobre todo, el Partido Popular y algunos medios de derechas han intentado sistemáticamente asociar a los nuevos movimientos sociales y partidos políticos (como Podemos, el 15M o la PAH) con la banda terrorista.
Asimismo, tenemos el hecho de que el gobierno no haya acercado a los presos de ETA a las cárceles vascas como, en su día, hizo el Presidente Aznar (recientemente multado por Hacienda) buscando un gesto de buena voluntad en el marco de un proceso de paz.
Tampoco tenemos constancia de que el ejecutivo haya iniciado conversaciones con la banda terrorista para proceder a la entrega del armamento.
Todo esto me lleva a afirmar que tenemos un proceso de paz paralizado y una utilización instrumental del terrorismo y de las víctimas para ganar votos, algo repugnable desde cualquier punto de vista y que nos muestra la falta de escrúpulos y el maquiavelismo de algunos dirigentes políticos que no han estado a la altura de lo que su contexto les ha reclamado.
Aun así, el líder abertzale aseguró que el proceso de paz es "irreversible" y que ETA no volverá a atentar.
Asimismo, tenemos el hecho de que el gobierno no haya acercado a los presos de ETA a las cárceles vascas como, en su día, hizo el Presidente Aznar (recientemente multado por Hacienda) buscando un gesto de buena voluntad en el marco de un proceso de paz.
Tampoco tenemos constancia de que el ejecutivo haya iniciado conversaciones con la banda terrorista para proceder a la entrega del armamento.
Todo esto me lleva a afirmar que tenemos un proceso de paz paralizado y una utilización instrumental del terrorismo y de las víctimas para ganar votos, algo repugnable desde cualquier punto de vista y que nos muestra la falta de escrúpulos y el maquiavelismo de algunos dirigentes políticos que no han estado a la altura de lo que su contexto les ha reclamado.
Aun así, el líder abertzale aseguró que el proceso de paz es "irreversible" y que ETA no volverá a atentar.
Una entrevista que, una vez vista y analizada, podemos concluir que no ha servido (ni mucho menos) para lavar la imagen de Otegui ni de Batasuna y que ha tenido omnipresentemente a las víctimas, tanto por su intervención en el programa como por los recuerdos de Évole a víctimas como guardias civiles de las que el entrevistado en alardes de amnesia selectiva "olvidaba".
Era necesario abordar la cuestión de ETA desde esta perspectiva tras el anuncio hace unos cinco años del cese definitivo de la actividad armada.
Creo que tenemos que dejar de considerar tabú algunos temas y abordar su análisis sin caer en sesgos fáciles ni en extremismos que, intencionalmente, buscan mover masas en pos de buscar un voto fácil sin pararse a pensar en la división y el odio que están creando.
Évole dejó retratados todas las lagunas y flojeras del discurso de Otegui y lo hizo con razonamientos y con la ayuda de las víctimas que pusieron de manifiesto que, en términos políticos, no se ha movido tanto como debería el dirigente batasuno y sigue siendo prisionero de su pasado.
También dejó retratados a todos aquellos que lo acusaban de intentar lavar la imagen de Arnaldo Otegui. No creo que, precisamente, la entrevista del pasado domingo le dé muchos votos a Otegui ni a Bildu.
Tenemos la obligación de entender a las víctimas y de comprender su dolor por encima de todo y que ello no nuble nuestro juicio a la hora de buscar una solución definitiva a todo este sinsentido del terrorismo y que las generaciones futuras no tengan que vivir las noticias diarias de atentados terroristas.
Para más información, aquí os dejo los especiales de ETA
Era necesario abordar la cuestión de ETA desde esta perspectiva tras el anuncio hace unos cinco años del cese definitivo de la actividad armada.
Creo que tenemos que dejar de considerar tabú algunos temas y abordar su análisis sin caer en sesgos fáciles ni en extremismos que, intencionalmente, buscan mover masas en pos de buscar un voto fácil sin pararse a pensar en la división y el odio que están creando.
Évole dejó retratados todas las lagunas y flojeras del discurso de Otegui y lo hizo con razonamientos y con la ayuda de las víctimas que pusieron de manifiesto que, en términos políticos, no se ha movido tanto como debería el dirigente batasuno y sigue siendo prisionero de su pasado.
También dejó retratados a todos aquellos que lo acusaban de intentar lavar la imagen de Arnaldo Otegui. No creo que, precisamente, la entrevista del pasado domingo le dé muchos votos a Otegui ni a Bildu.
Tenemos la obligación de entender a las víctimas y de comprender su dolor por encima de todo y que ello no nuble nuestro juicio a la hora de buscar una solución definitiva a todo este sinsentido del terrorismo y que las generaciones futuras no tengan que vivir las noticias diarias de atentados terroristas.
Para más información, aquí os dejo los especiales de ETA
- ETA: pasado, presente y ¿futuro? (1)
- ETA: pasado, presente y ¿futuro? (2)
- ETA: pasado, presente y ¿futuro? (3)
Podéis ver la entrevista íntegra de Évole a Otegui en este enlace.
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